El tiempo es el recurso más escaso para los seres humanos. Se vuelve así una restricción para la cantidad de actividades que podemos realizar en un día y, por la misma razón, saber administrarlo puede establecer una diferencia entre conseguir nuestros objetivos en el plazo que deseamos. Entre los hábitos que comparte la gente exitosa podemos nombrar algunos que son fáciles de imitar e incorporar:
Practica los buenos hábitos. Los humanos somos animales de costumbres, por lo que debemos incorporar en nuestra rutina elementos o actividades que sean beneficiosos o que nos acerquen a mejorar nuestra productividad. Por ejemplo, consideremos aquellos hábitos que no nos ayudan y busquemos cómo cambiarlos por otros más productivos alterando nuestro ambiente de trabajo para influenciar y motivar la adopción de estos hábitos. Si busca mantenerse actualizado o leer más, coloque un libro frente a su mesa de noche en lugar de su teléfono. Si desea dejar algún mal hábito alimenticio, ponga las alternativas saludables delante de las golosinas o los snacks, de manera que cuando busque comer algo al abrir su despensa, el orden le recordará cuál debe ser su prioridad. Conversando con algunos de mis tantos estudiantes exitosos, aprendí que algunos de ellos solían imprimir un diploma falso y colgarlo en su cuarto para recordar, cada vez que despertaran, la motivación por la que luchaban día a día para conseguirlo.
Ordene su tiempo. La mejor manera de saber aprovechar el tiempo y ser eficiente en ello es distribuyendo nuestras actividades y siguiendo un orden. No solo como profesor, sino como ejecutivo, requiero de una agenda, pero esta costumbre la he llevado desde muy joven, pues me enseñó a respetar mis prioridades en las actividades que requerían mi atención. Muchas veces solemos distraernos mientras hacemos una tarea, por lo que colocar un tiempo definido para realizarla nos ayuda a enfocar nuestra atención y a caer en cuenta que tenemos un espacio limitado para desempeñarla.
Estas actividades son fácilmente aplicables a cada uno de nosotros e independiente de nuestro sector laboral puede ayudarnos a ser más productivos. Ser productivo no significa hacer más, sino ser más eficientes en lo que hacemos.
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