La necesidad de cubrirse llevó al hombre a producir diversos tipos de indumentaria.
En la época pre-inca, la necesidad de cubrirse llevó al hombre a producir diversos tipos de indumentaria, hecha a partir del procesamiento de fibras de vegetales y animales.
Con el paso del tiempo, el Imperio Incaico logró aplicar los secretos del arte del telar en muchos de sus accesorios; tales como el chumpi (faja), la lliclla (manta), la chuspa (bolsa), el chullo (gorra) y hasta el wara, un tipo de ropa interior que simbolizó la 'virilidad' masculina.
El warachikuy
Durante el Imperio Inca se realizaban anualmente ceremonias o rituales para celebrar el paso oficial de un joven a la vida adulta. Estos ritos estaban basados en cumplir rigurosamente una serie de pruebas de valor, valentía y destreza, riesgos físicos, combates, juegos, entre otros.
Quienes aprueben al final de dicho certamen recibían el respectivo reconocimiento y una distinción por parte del inca. A ésta ceremonia se le denominó “Warachikuy”.
Warachicuy, es una palabra quechua, que proviene de “wara” (taparrabo, ropa interior, pantalón de bayeta), es decir, que en un rito o ceremonia civil-social, recibían dicha prenda, que solo los hombres podían usar al ser mayores de edad.
Para esa entonces, las mujeres todavía no conocían el concepto de trusa o calzón femenino, pues eran los varones, muy masculinos ellos, quienes sí podían utilizarlos. Incluso, el Inca Garcilaso de la Vega, en ‘Historia General del Perú’, narra cómo las mujeres nativas se burlaban de los colonos españoles, quienes vestían algo parecido a los calzoncillos de hoy.
Para Pabel Aimituma, experto en arte textil andino, los materiales básicos de estos accesorios incaicos eran el algodón para las zonas costeras del imperio; y la lana de alpaca y vicuña para la región andina.
"Con el transcurso del tiempo, algunas cosas han ido reemplazándose, pero mucho de su vestimenta se sigue confeccionando de la manera tradicional", expreso a RPP Noticias.
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