Esta semana, el segmento 'El Ejemplo de los Santos' del programa 'Dialogo de Fe' destacó la figura del santo italiano San Andrés Corsini.
San Andrés Corsini nació el 30 de noviembre de 1302 en Florencia, Italia. Pese a que fue hijo de unos padres muy buenos y piadosos, nuestro santo tuvo una juventud dedicada al vicio y al pecado. Pero Dios obra por caminos extraños para llevarnos a la salvación.
Cierto día, la madre de San Andrés no tuvo más remedio que enfrentar a su hijo. Con lágrimas en los ojos, le narró un viejo sueño. “Poco antes de que tú nacieras, yo te vi en sueños convertido en un lobo feroz. Entrabas a un templo y ante la imagen de la Santísima Virgen, te convertías en un manso cordero”.
Estas palabras impresionaron profundamente al joven Andrés. Lleno de vergüenza y arrepentimiento, se fue la iglesia de los Padres Carmelitas y de rodillas ante la imagen de nuestra Señora del Carmen, prometió que su vida cambiaría totalmente.
El gran cambio. Desde ese día, todo lo que el santo conseguía lo repartía entre los pobres e iba de puerta en puerta pidiendo para ellos. Pero en lo que más sobresalía era en su capacidad de poner paz entre los que estaban peleados. El Papa lo envió a poner paz en Bolonia. Tras superar muchas humillaciones e incluso ir a la cárcel, logró apaciguar los ánimos en esa ciudad.
Murió a los 71 años e inmediatamente el pueblo lo declaró santo. Sus devotos comenzaron a pedirle favores y a obtenerlos por montones. El sumo pontífice Urbano VIII lo canonizó en el año 1629.
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