Fueron 38 bailarines y 14 músicos quienes representaron al Perú en este importante evento cultural en México.
Bastó con un ramillete de danzas interpretadas por el Elenco Nacional del Folclore (ENF) para mostrar lo que la ministra peruana de Cultura, Diana Álvarez-Calderón, definió como el “corazón del Perú”.
Los 38 bailarines y 14 músicos del elenco peruano deslumbraron en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas, en el Centro de la ciudad de Guanajuato.
Ellos se encargaron de inaugurar la 43ª edición del prestigioso Festival Internacional Cervantino (FIC), considerado “el encuentro artístico más relevante de México y de América Latina”.
Danzas que resumen el concepto de todas las sangres, del cual hablaba José María Arguedas, se llevaron las palmas en el festival.
Fue un viaje imaginario por el Perú. El ENF presentó primero la negrería de Yauyos (Lima). De ahí partió a Arequipa con la danza carnavalesca wititi.
La herencia afro se hizo presente con el ensamble de percusión de cajones para el mundo, recordando que el instrumento, hoy universal, es patrimonio cultural de la Nación peruana.
Fue también espacio para ver la Fiesta de los Tulumayos, de la ceja de selva de Huánuco. La herencia colonial española y las influencias americanas se revelaron en el Cuadro limeño, que incluyó nuestros valses, one step y polcas.
Desde ahí, el conjunto saltó al Valle Sagrado de los Incas, en el Cusco, para traer a escena el carnavalesco salqa qocha wallata warqay, inspirado en la ave denominada wallata.
Tampoco faltó el landó ‘Toro mata’, tradicional del sur chico, de Cañete. Y nuevamente, el Altiplano peruano se hizo presente con el acrobático mix caporales, con el que se baila a la ‘Mamita Candelaria’ en febrero.
La marinera norteña llamó la atención por su garbo. Por último, Junín dijo presente con un popurrí de santiagos, que se bailan en julio.
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