El fuerte temporal climático pone en riesgo parte de nuestro patrimonio arqueológico, principalmente en la región Lambayeque.
Las fuertes lluvias y huaicos no solo han afectado a miles de personas y dejado cuantiosos daños materiales, sino también representa un grave peligro contra nuestro patrimonio histórico. Lugares como el complejo arqueológico de Túcume y la zona de Batán Grande, ambos en Lambayeque, corren el riesgo de verse afectadas.
El fenómeno climatológico viene dejando un saldo trágico: 75 fallecidos, 263 heridos, más de 100 mil damnificados, cerca de 11 mil viviendas colapsadas y al menos 274 puentes destruidos. Debido a su ubicación, varios complejos arqueológicos también se han visto afectados en alguna medida.
"Las lluvias van a marcar un desgate significativo de toda la arquitectura monumental de Lambayeque", dijo el destacado arqueólogo Walter Alva a RPP Noticias. Por ejemplo, en la región se han reportado casi 50 sitios arqueológicos que han sufrido algunos daños por las precipitaciones. Sino es directamente en su infraestructura, lo ha sido en sus vías de acceso.
Lugares vulnerables. Zonas como el Bosque de Pómac ha sufrido un gran deterioro debido los desbordes del río La Leche. "Hay el riesgo inminente que puedan desaparecer las pirámides (huacas) de El Loro y Las Ventanas", advierte Alva. Distinta suerte ha corrido las Tumbas Reales de Sipán, el cual se mantiene intacto gracias a su sistema de drenaje y el plan de emergencia de descolmatación con el que cuentan.
Este último complejo arqueológico sigue abierto al público, pero las vías de acceso sí han sufrido grandes daños. El flujo de visitantes se ha reducido considerablemente hasta en un 90%.
Otras zonas del país. Los huaicos y las lluvias también amenazan a los alrededores del sitio arqueológico de Caral, ciudadela considerada como la más antigua de América. El desborde del río Supe arrasó con los campos de cultivo de las zonas aledañas, destruyendo además la carretera de acceso y los canales de regadío.
Ante esta situación, los encargados del lugar optaron por suspender las visitas turísticas al complejo arqueológico. Cabe precisar, que la ciudadela de Caral no ha sufrido ningún tipo de daño directamente en su infraestructura.
Según explica a RPP el viceministro de Patrimonio Cultural, Jorge Arrunátegui, los dos factores que han permitido que ningún complejo arqueológico sufra un daño irreversible son las labores de prevención que se desarrollaron entre el 2014 y 2015 y "por la sabiduría de los antiguos pobladores" que construyeron sus edificaciones en zonas altas, manteniéndose alejados de los lugares de riesgo.
Se espera que una vez que el fuerte temporal sea superado, se inicie las obras para tratar de recuperar lo dañado y trabajar en más obras de prevención para que en el futuro se minimicen los riesgos de ver afectado nuestro patrimonio cultural.
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