Antes de que la UE aplicara aranceles a su biocombustible, Argentina era el proveedor global líder del producto, que se destinaba en su amplia mayoría a Europa.
El Gobierno argentino dijo el jueves que pidió a la Organización Mundial del Comercio (OMC) el establecimiento de un panel para investigar las medidas antidumping establecidas por la Unión Europea (UE) contra las compras de biodiésel del país sudamericano.
Argentina ya había presentado a fines del 2013 un reclamo formal ante el organismo contra el bloque, que en noviembre aplicó un arancel promedio de un 24,6 por ciento por los próximos cinco años a las compras de biodiésel provenientes de la nación austral, a la que acusó de dumping.
"El gobierno argentino solicitó formalmente en el día de la fecha ante el Órgano de Solución de Diferencias de la Organización Mundial del Comercio (OMC) el establecimiento de un Panel contra la Unión Europea (UE) por la imposición de medidas antidumping contra el biodiésel argentino", dijo la Cancillería argentina en un comunicado.
El país sudamericano es uno de los principales exportadores mundiales de biodiésel. Antes de que la UE aplicara aranceles a su biocombustible, Argentina era el proveedor global líder del producto, que se destinaba en su amplia mayoría a Europa.
De acuerdo a la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), que nuclea a empresas productoras como Bunge, Cargill y Louis Dreyfus , la decisión del bloque implicó pérdidas superiores a los 1.000 millones de dólares para el sector en Argentina el año pasado.
A su vez, Carbio dijo a inicios de mes que, debido al arancel impuesto por la UE, las exportaciones argentinas de biodiésel caerían un 39 por ciento interanual, a 700.000 toneladas, en el 2014 y que la producción bajaría un 11,5 por ciento interanual, a 1,8 millones de toneladas.
Mientras tanto, el Gobierno argentino elevó a inicios de año a 10 por ciento la tasa de biodiésel que debe contener el diésel comercializado en los surtidores del país, y subió a mediados de marzo el precio que reciben las empresas por el biocombustible que vuelcan al mercado interno.
Con el virtual cierre del mercado europeo, la demanda doméstica de biodiésel, que con un cupo de mezcla de 10 por ciento implica una necesidad de entre 1,1 y 1,2 millones de toneladas, se ha vuelto importante para las empresas productoras instaladas en el país.
REUTERS
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