La empresa peruana Gloria ha sido denunciada en Colombia porque su leche no contiene lo que dice.
El Grupo Gloria junto a ocho empresas de productos lácteos en Colombia han sido denunciadas por el uso de lactosueros en sus leches.
Lactosueros
La Asociación Ganaderos por la Democracia (Demogan) interpuso una acción popular en contra de 9 compañías de lácteos que operan en el vecino país del norte por adicionar lactosueros a sus productos.
Roberto Ramírez, presidente de Demogan señaló que la demanda se debe a supuestas irregularidades en la composición de la leche que venden empresas de la industria, pese a que la Ley colombiana prohíbe el uso de lactosueros en la leche (Decreto 616 de 2006 Articulo 14).
Entre las empresas denunciadas están: Gloria Colombia S.A., Parmalat Colombia Ltda., Compañía Lechera el Mortiño S.A.S., Lácteos la Esmeralda S.A.S, Alimentos del Valle S.A. Alival (San Fernando), Doña Leche Alimentos S.A., Productos Lácteos Colfrance, Laktoland S.A.S, Productos Alimenticios el Recreo S.A.S.
Lista roja
Esta no es la primera vez que la compañía peruana Gloria enfrenta un escándalo de este tipo, ya que en julio pasado la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos ( FDA, por su sigla en inglés) la incluyó en su lista roja al detectar que seis de sus productos estaban mal etiquetados. Exactamente por vender productos lácteos como si fueran leche cuando no lo son.
Grupo Gloria opera en Colombia desde el 2004 cuando adquirió la empresa Algarra y diez años después, en 2014, consolidó su operación con la inclusión de Lechesan y California al grupo empresarial. Sin embargo, recién el año pasado empezó a comercializarse con la marca Gloria. Asimismo produce la línea blanca de productos lácteos de Carulla, Éxito, Cencosud y Olímpic.
La Asociación de Ganaderos Demogan señaló que, además de engañar al consumidor al incluir lactosueros en las leches se perjudicaría el ingreso de más de 350 mil lecheros que dejan de vender 400 mil litros de leche al día.
Roberto Ramírez aseguró que los costos de producción de la leche son mayores a los precios de venta de las leches adulteradas y que esta práctica la han evidenciado desde hace tres años.
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