El ministro griego de Finanzas dijo estar convencido de que la ayuda financiera prometida por los europeos y el FMI estaría lista ´para el mes de mayo´.
El FMI y Grecia querían avanzar rápido el domingo para poner fin a la crisis presupuestaria en que está hundido el país, pero su voluntad y la de varias naciones europeas tropezaban con la intransigencia de Alemania.
El director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, y el ministro griego de Finanzas, Georges Papaconstantinou, dijeron que confían en el resultado de las negociaciones actualmente en curso entre Grecia, la Comisión Europea y el FMI.
"El FMI, los socios europeos y todos los que están involucrados en el esfuerzo financiero reconocen la necesidad de velocidad", declaró Strauss-Kahn al término de una reunión con Papaconstantinou el domingo, al margen de las reuniones de primavera del Fondo y del Banco Mundial (BM).
"Estoy convencido de que concluiremos las negociaciones a tiempo para satisfacer las necesidades de Grecia", declaró en un comunicado.
Grecia, al borde de la bancarrota por el peso de su deuda pública y de su déficit presupuestario, debe hacer frente a un plazo crucial el 19 de mayo para pagar 8.500 millones de euros.
Este calendario, combinado con la fiebre que continúa aumentando en los mercados, forzó a Atenas el viernes a pedir que la ayuda prometida por sus socios de la zona euro se concrete.
El miércoles se habían abierto las negociaciones sobre las condiciones conjuntas de una ayuda.
Pero el llamado de auxilio de Grecia no convenció enteramente a los mercados, reconoció Papaconstantinou, quien sin embargo aseguró que los especuladores que apuesten por la incapacidad de este país de honrar su deuda pública van a "perder su camisa".
El gobierno griego ha estado confrontado estos últimos meses a un alza constante de las tasas de interés asociadas a sus títulos de deuda pública, a pesar de los anuncios de medidas para reducir los gastos y aumentar los ingresos fiscales.
El "mecanismo de ayuda estará listo para mayo, nadie en Europa ni fuera de ella tiene otra opinión", afirmó Papaconstantinou.
No obstante, Alemania indicó claramente el domingo que podría decir que no,
si Atenas no pone en marcha una "estricta política de rigor".
"No estamos dispuestos a hacer un cheque en blanco", afirmó el ministro ministro de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle, a la televisión pública alemana.
"El hecho de que ni la Unión Europea ni el gobierno (alemán) hayan tomado una decisión hasta el momento, significa que ésta podría ser positiva o negativa" en función de las medidas que tome Atenas, afirmó el ministro alemán de Finanzas, WolfgangSchäuble, al dominical Bild am Sonntag.
Papaconstantinou intentó tranquilizar a sus socios, sobre todo a Berlín, afirmando que las medidas de austeridad implantadas ya estaban dando resultados.
AFP
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