Premio Nobel de Economía 2007, Eric Maskin, expuso en Lima trabajo que analiza lo que ha ocurrido con la mano de obra en países emergentes.
¿Ha contribuido la globalización a combatir la pobreza? ¿Gracias a la globalización, se ha reducido la desigualdad? Para Eric Maskin, Premio Nobel de Economía en el 2007, la primera respuesta es sí, la segunda es no.
El economista expuso por primera vez a nivel mundial su nueva teoría, trabajada en conjunto con Michael Kramer, la cual sostiene que la globalización ha sido motor del crecimiento mundial, pero a la vez ha incrementado las brechas entre ricos y pobres.
Maskin expuso esta tesis en Lima, ante un auditorio predominantemente académico, con motivo de los 25 años del Consorcio de Investigación Económica y Social, CIES, entidad peruana sin fines de lucro que busca vincular el conocimiento y las políticas públicas.
Maskin basa su teoría en la observación de los hechos de los últimos 20 años, principalmente en China e India, y afirma que, mientras el crecimiento se produce casi por solo por efecto de la demanda, la desigualdad sí debe ser combatida con intervención de terceros: Estado, ONG’s, agencias internacionales, etc.
LA TESIS
El modelo expuesto por Maskin señala que una de las promesas de la globalización era la de reducir la desigualdad. Esta se cumplió en el pasado, en el siglo XIX, cuando el comercio entre Europa y Estados Unidos sirvió también para trasladar conocimiento entre los trabajadores y esto impactó en sus ingresos.
Dijo sin embargo que este modelo no se ajusta a la globalización en curso, pues los procesos productivos han hecho que las personas menos educadas en los países emergentes queden al margen.
Maskin explicó que las organizaciones requieren personas con aptitudes gerenciales y subordinados. En los países ricos las diferencias educativas entre ambos no son tan grandes, por lo que es más eficiente y rentable juntar a las personas con distintos niveles de capacitación y transferir conocimiento de los unos a los otros.
Sin embargo, lo que ocurre hoy es que las empresas en países ricos pueden tomar personal subordinado en los países emergentes. Y bajo este esquema, ya no es rentable juntar a los más capacitados con los menos capacitados, sino mantenerlos aparte, cada cual en su grupo de producción.
Este modelo hace que solo los mejor capacitados en los países emergentes logren aprovechar oportunidades laborales internacionales.
Tras la exposición de Maskin, el ministro de Transportes y Comunicaciones, José Gallardo Ku, dijo que ese sería el caso en el Perú del sector minero y últimamente también de la agroindustria en cuyos centros de producción se encuentra hoy a trabajadores de Lima en lugar de trabajadores locales. Esto genera tensiones.
Maskin dijo que, aunque fuera posible revertir o salirse de la globalización, esto no es lo recomendable, pues la globalización ha hecho que los ingresos de los trabajadores en países emergentes, por ejemplo China, crezcan a un ritmo de 8% al año.
Sin embargo, sí dijo que los países emergentes, por razones morales o racionales -como evitar la conflictividad - deben tratar de reducir la brecha entre sus trabajadores más capacitados y sus trabajadores menos capacitados.
Los programas de transferencias condicionadas son una forma en que el Estado puede asegurarse de que las familias eduquen a sus hijos. También dijo que pueden darse incentivos tributarios a las empresas que entrenen trabajadores.
De lo contrario, afirmó Maskin, la distribución de los beneficios de la globalización seguirá siendo desigual.
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