Perú enfrenta un déficit de casi 2 millones de viviendas, con 90% de expansión urbana informal y graves carencias de servicios básicos. La CODIP propone diferentes medidas para cerrar brechas y mejorar la calidad de vida.
Perú se enfrenta a un déficit habitacional, cercano a los 2 millones de viviendas. Esta cifra resalta una crisis que no solo afecta la calidad de vida de millones de peruanos, sino que también perpetúa brechas sociales profundas.
José Espantoso, presidente de la Confederacion de Desarrolladores Inmobiliarios del Perú (Codip) se presentó en Economía Para Todos por RPP y dio a conocer que el 90 % de la expansión urbana en el país se desarrolla de forma informal, lo que conlleva una carencia de servicios básicos y condiciones precarias de habitabilidad.
La vivienda formal es reconocida como una inversión social fundamental, que es clave para cerrar las brechas sociales. Garantiza el acceso a servicios básicos desde el inicio, el derecho a la propiedad, y facilita el acceso a la salud, educación y cercanía a centros de trabajo. Sin embargo, el camino hacia la formalidad está lleno de obstáculos.
Limitaciones financieras y la economía informal
Una de las principales barreras es la limitación del financiamiento y los subsidios. La economía peruana es informal, con un 80 % de la actividad en este sector. Esto significa que muchas familias, a pesar de tener capacidad de pago, no califican para un crédito hipotecario bajo las condiciones actuales.
El presupuesto asignado a vivienda refleja esta problemática, con solo el 0.25 % destinado a vivienda nueva y el 0.40 % a mejoramiento para el 2025.
Asimismo, los programas vigentes presentan serias limitaciones:
- Techo Propio: Ofrece un subsidio no reembolsable para compra, construcción o mejoramiento de vivienda. No obstante, sus beneficiarios enfrentan dificultades para reunir el ahorro mínimo exigido, y aquellos con ingresos no formales quedan excluidos del crédito complementario. Además, la oferta de viviendas aptas es insuficiente.
- Bono del Buen Pagador – MiVivienda: Un subsidio adicional para la cuota inicial dirigido a ingresos medios. Sin embargo, su dependencia del acceso a un crédito hipotecario también excluye a gran parte de los potenciales beneficiarios debido a la informalidad. Este programa también se ve limitado por un presupuesto insuficiente frente a la alta demanda.
La problemática se agudiza con la brecha en el acceso a servicios esenciales como el agua y el saneamiento. Entre 2019 y 2023, la falta de acceso a estos servicios en las ciudades peruanas se incrementó del 11 % al 16 %.
Propuestas para cierre de brechas
Ante este panorama, la Propuesta de CODIP (no especificado en las fuentes, pero es una propuesta) plantea soluciones concretas para abordar el déficit habitacional:
- Fondo de garantía estatal para familias informales con capacidad de pago: Una medida clave para permitir que el 80 % de la economía informal acceda a créditos hipotecarios.
- Ley de Financiamiento Habitacional: Para garantizar la sostenibilidad y predictibilidad de los subsidios, brindando estabilidad a largo plazo.
- Habilitación masiva de suelo urbano: Con inversión en infraestructura vital como agua, saneamiento y transporte, utilizando mecanismos como las Asociaciones Público-Privadas (APP) y Obras por Impuestos, además de la destraba de permisos.
Estos puntos clave refuerzan la visión de que la vivienda formal es una inversión social con impacto directo en la salud, educación y productividad.
Con un financiamiento adecuado y una eficiente habilitación de suelo urbano, el Perú tiene el potencial de quintuplicar la producción de vivienda y generar cientos de miles de empleos formales, marcando un camino claro hacia la reducción del déficit y la construcción de un futuro más digno para todos sus ciudadanos.