Preferencia apunta a los yogures con mayor cantidad de cepas probióticas. Aumenta el conocimiento sobre estas cepas naturales beneficiosas al organismo, en especial a nuestro tracto digestivo.
Como habitantes de una aldea global, los peruanos recibimos no solo avances tecnológicos sino tendencias diversas, inclusive en alimentación. La más marcada implica comer mejor, saber seleccionar productos adecuados. Y en esa línea está el “boom de los alimentos probióticos”, valorar más que nunca estos microorganismos vivos, cepas beneficiosas que se encuentran en forma natural en nuestro tracto intestinal, en cantidades que es necesario aumentar a través de productos con la mayor cantidad de cepas probióticas para hacer que estas proliferen y así ayuden a prevenir diversos males.
“Ahora hay pruebas de que estos microorganismos son más importantes para nuestra salud de lo que jamás imaginamos. La ingesta de alimentos probióticos o con cultivos probióticos aumenta la respuesta inmune del organismo ante el ingreso de patógenos. Uno de los efectos benéficos que se le atribuyen a los probióticos es que compiten con las bacterias patógenas, impidiendo o dificultando su instalación en el intestino”, señala el doctor Arnaldo Hurtado, especialista en nutrición y vocero de Laive.
Es un hecho, los peruanos vivimos la tendencia mundial de consumir alimentos probióticos, es decir, reforzados con cepas probióticas. Por ello, es cada vez más importante saber elegir los productos. El yogurt, alimento derivado de la leche, está inmerso en esa ola. Se hace vital saber escoger el correcto, según la cantidad de cepas conque fue producido y asegurar el mayor nivel de beneficios al organismo.
“Estas bacterias ‘amistosas’ son la primera línea de defensa del cuerpo contra microorganismos potencialmente dañinos que se inhalan o ingieren. En el tracto digestivo se hospedan unos 400 tipos de microorganismos. Algunos buenos, como los probióticos, porque ayudan a absorber los alimentos y beneficiarse de sus nutrientes. Otros, como la Escherichia coli y Salmonella sp son patógenos. Causan toxicidad y diarrea. En una persona sana, las bacterias benignas actúan como un escuadrón de policía, evitan que las colonias de bacterias patógenas prosperen e invadan la zona. Ingerir alimentos probióticas o con cultivos probióticos es una manera segura y simple de introducir bacterias benignas en su sistema”, acota el doctor Hurtado.
Tu flora intestinal es única
Muchos no saben que tenemos una flora intestinal única, tan individual como una huella digital. Y la conservamos de por vida. Su cantidad puede disminuir por el estrés, ingestión de fármacos, alcohol y, sobre todo, antibióticos. Con el tiempo se recupera, pero tomar una dosis complementaria con alimentos probióticos puede acelerar el proceso, mejorando las defensas, evitando infecciones y diarreas.
Un yogurt normal contiene cepas de yogurt beneficiosas al estomago… pero no llegan vivas al tracto intestinal. Pero si el yogurt además incluye cepas probióticas, estos pueden atravesar vivos el tubo digestivo y recuperarse en el intestino. También se adhieren a la mucosa intestinal. El colon es uno de los órganos metabólicamente más activos del cuerpo humano, y juega un papel muy importante en la nutrición y en la salud. Se pueden encontrar en farmacias como suplementos y en “alimentos lácteos probióticos o con cepas probióticas” como yogures a los que se les agregan cepas probióticas.
“Es bueno estar conscientes que los probióticos son bacterias residentes que forman colonias en el tracto gastrointestinal, vaginal y en la boca. Tomar probióticos extras nos ayuda de muchas formas. Además de aumentar el número de bacterias benéficas en el intestino, tienen un efecto directo en las células de la membrana que lo recubre e inhiben el proceso inflamatorio. Algunos fortalecen el sistema inmunitario al modificar el funcionamiento de los glóbulos blancos y los anticuerpos”, finaliza el especialista médico.
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