El domicilio se convirtió en un centro habitual de peregrinación para los admiradores de la autora de éxitos como ´You know I´m not good´ y ´Rehab´.
El empresario británico Richard Balfour-Lynn, que el pasado diciembre compró la casa londinense donde murió la cantante Amy Winehouse, afirmó al diario Evening Standard que la "historia" del inmueble le aporta un valor añadido.
La diva del soul fue hallada muerta a los 27 años en su domicilio del número 30 de Candem Road, al norte de Londres, el 23 de julio de 2011, y desde entonces el lugar se convirtió en un centro habitual de peregrinación para los admiradores de la autora de éxitos como "You know I"m not good" y "Rehab".
La cantidad de personas que se acerca a rendir tributo a la estrella del rock a las puertas de la casa, un edificio de cuatro plantas con tres habitaciones, gimnasio, estudio de música y patio, dificultó la venta del inmueble en un primer momento, hasta el punto de que el padre de Winehouse decidió sacarla a subasta.
Balfour-Lynn, un empresario vinícola, la compró por 1,98 millones de libras (unos 2,44 millones de euros), un precio sensiblemente inferior a los 2,7 millones de libras (3,3 millones de euros) que la familia de la cantante quería obtener en un primer momento.
"Muchas viviendas en Londres tienen una historia interesante si los propietarios saben apreciarla. Esa es una de las bellezas de vivir en una ciudad con tanta historia", señaló el empresario.
Balfour-Lynn explicó que él y su mujer están reformando la vivienda, de 232 metros cuadrados, antes de trasladarse allí, y subrayó que el motivo principal de su compra fue que se trata de "una casa bonita en una zona agradable".
EFE
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