Una empleada de un centro médico en Long Island fue desvinculada tras ser acusada de husmear en el archivo del cantante pop.
Ser una celebridad debe ser tan incómodo, que ni siquiera puede ir al hospital con tranquilidad. Esto pasó el pasado 18 de mayo, cuando Justin Bieber se atendió en un centro médico de Long Island (New York). El artista fue para que le examinaran los testículos tras sufrir un fuerte golpe jugando fútbol.
Al final, todo fue un susto y el canadiense fue dado de alta, volviendo a su vida de flashes, excesos y shows. Pero una trabajadora se quedó con la intriga de saber qué podía contener la carpeta del cantante.
Meses después, Kelly Lombardo, trabajadora del Nothwell Health fue despedida luego que sus supervisores la acusaran de acceder al archivo de Bieber sin autorización, luego de oir rumores de que había sido atendido por una enfermedad de transmisión sexual.
A través de su abogado, David H. Rosenberg, la mujer se defendió alegando que nunca accedió al expediente de Justin Bieber y que sus supervisores buscaron una excusa para desvincularla, simplemente por el hecho de ser mujer, según recogió el New York Post.