El actor estadounidense, ganador de dos Oscar, debe comparecer este viernes ante un juez del londinense Tribunal de Magistrados de Westminster.
Seis meses después de negar "enérgicamente" cargos de agresión sexual a tres hombres en el Reino Unido, el actor estadounidense Kevin Spacey vuelve el viernes ante la justicia británica para enfrentar nuevas acusaciones como las que desde 2017 han lastrado su carrera.
El ganador de dos Oscar, por American Beauty (1999) y The Usual Suspects (1995), debe comparecer esta vez por videoconferencia ante un juez del londinense Tribunal de Magistrados de Westminster.
La estrella caída en desgracia de Hollywood, de 63 años, fue acusada el mes pasado por la fiscalía británica de siete nuevas agresiones sexuales entre 2001 y 2004 a un hombre al que habría obligado entre otras cosas "a participar en una relación sexual no consentida".
Estos cargos se suman a su ya pesado expediente ante la justicia inglesa, que lo imputó en mayo de cinco agresiones sexuales a tres hombres entre 2005 y 2013, cuando era director del prestigioso teatro Old Vic de Londres.
"El señor Spacey niega enérgicamente cualquier tipo de criminalidad en este caso", afirmó su abogado, Patrick Gibbs, en junio durante una vista preliminar en la que el actor se personó voluntariamente para "defender su inocencia".
El juicio debe celebrarse en julio de 2023 y dada su cooperación con las autoridades del Reino Unido el magistrado lo dejó en libertad sin medidas cautelares.
Gibbs defendió que el trabajo de Kevin Spacey "requiere que vaya a reuniones, que se presente a castings, que se reúna con directores y guionistas". Pero lo cierto es que desde las primeras acusaciones contra él en 2017 en Estados Unidos su carrera nunca se ha repuesto.
Movimiento #MeToo
La ola de acusaciones que destrozó su exitosa carrera correspondió con el surgimiento del movimiento #MeToo, que nació en 2017 a partir del caso del todopoderoso productor de cine estadounidense Harvey Weinstein.
Ese año Spacey fue objeto de varias denuncias en Estados Unidos por acoso y agresión sexual.
Como consecuencia fue despedido de la serie House of Cards, donde interpretaba al personaje protagonista, el maquiavélico presidente estadounidense Frank Underwood. También quedó fuera de una película de Ridley Scott, All the Money in the World, en la que fue reemplazado por el actor canadiense Christopher Plummer.
Su última gran aparición en la pantalla se remonta a 2018, con el estreno del filme Billionaire Boys Club. (AFP)
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