El juego, idea y vocación de ataque se mantiene, en Sporting Cristal. Pero, para la Copa Libertadores, preocupa la dinámica y la velocidad en el juego. ¿Las perdió?
Los precedentes
El domingo 3 se presentó Sporting Cristal ante sus hinchas. La versión 2019 del campeón peruano. Esa que muchos de sus hinchas querían ver. Esa que, al momento de dejar el Alberto Gallardo, les dejó a todos en la mente una misma pregunta para el nuevo técnico, Alexis Mendoza: ¿así alcanza para la Copa? Y parece que no. Parece.
Se puede pensar que el equipo del 2018 fue desmantelado, y razones no faltan: Mario Salas, el DT campeón, fichó por Colo Colo de Chile y se llevó al mejor jugador del equipo, Gabriel Costa. El juvenil con mayor proyección, Marcos López, fue traspasado a la MLS de Estados Unidos, y un volante titular como Josepmir Ballón fichó por la Universidad de Concepción.
Con todo eso, los dirigentes de Sporting Cristal comenzaron a darle forma a su proyecto. La pretemporada arrancó tarde (lunes 14) y con la presencia del nuevo entrenador, Alexis Mendoza, colombiano de nacimiento y cesado -por malos resultados- de su última aventura deportiva en el Junior de Barranquilla. Pero mejor vamos al partido ante Cantolao.
Carta de presentación... y de dudas
Álvarez, Madrid, Revoredo, Merlo, Céspedes, Cazulo, Calcaterra, Arce, Gómez, Gonzales y Herrera. Ese fue el equipo para estrenarse ante el hincha y dejar en claro una cosa: ese estilo agresivo para presionar e intenso en todas las zonas del campo prácticamente ya no está. Y, quizá, lo único que quede del 2018, sea poner el balón al piso y mirar el arco rival.
Pero vamos por partes. En defensa, Cristal no pasó apuros porque no fue exigido como ante Emelec, la semana pasada (3-0), pero volvió a sufrir por los costados, especialmente el derecho. Johan Madrid todavía sigue viendo el número del colombiano Cristian Lazo, y preocupa dejarle toda la banda izquierda a un Jair Céspedes y sus 34 ‘primaveras’. Los centrales Revoredo y Merlo con posturas distintas. El primero no se hace problemas y sale largo, mientras que el argentino es el primer pase al momento de salir tocando. Pero ahí está el problema: la defensa queda muy expuesta cuando el equipo no corta el avance rival en el medio. Y eso en Copa lo sufres.
Jorge Cazulo es el volante de recuperación neto. Su agresividad, ganas e ímpetu lo hacen correr más de lo que realmente puede. Mete y sigue metiendo. Pero ante volantes con un mejor y mayor físico, con otra intensidad, queda expuesto a mitad de camino, al momento de corretear a un rival. Y ahí aparecen sus compañeros de reparto: Horacio Calcaterra y Patricio Arce.
Pocas luces
Calca’ no llegó a completar el primer tiempo por un fuerte golpe en la espalda, pero, si todo marcha dentro de lo normal, debería ser el gran soporte para el ‘Piki’. Tanto en defensa, como en ataque.
Lo de Arce fue rescatable: la pidió, organizó, corrió y metió hasta donde pudo. Y en defensa dio una mano. Porque la presión de Cantolao hizo que el Sporting caiga en imprecisiones y se vuelva un equipo errático en los pases, perdiendo a veces la posesión.
El punto más flojo tiene nombre y apellido: Flavio Gómez. La ‘Bomba’ jugó por la banda derecha y nunca explotó. Ya descontó una oportunidad y, con el juego que mostró, le quedarán muy pocas.
‘Canchita’ Gonzales cumplió. Jugando con el perfil cambiado siempre, se mostró como opción de pase, anotó un gol y le anularon de manera injusta uno.
Mientras tanto, el goleador Emanuel Herrera todavía espera gritar gol. Demostró que siempre quiso quedarse y deberá ser bien asistido. Con todo esto, Cristal aprobó, pero no gustó. Sale de pretemporada, con los músculos ‘duros’, pero eso no deberá ser excusa. Si jugaba antes a 100 kilómetros por hora, ahora parece que el equipo bajó un par de cambios. Y es trabajo de Alexis Mendoza subir y alcanzar la vara que le dejó Mario Salas. No es difícil y tampoco imposible. Tiene con qué.
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