Cada plato del certamen, que durará hasta el 30 de junio, el día de la final de la Copa Confederaciones, viene acompañado de una cachaza (licor de caña brasileño).
Los aficionados al fútbol podrán no solo ver una "Prórroga", una "Lambretta" y una "Bolea" durante la Copa Confederaciones, que comienza hoy sábado, sino también degustarlas en un circuito gastronómico en una veintena de establecimientos del centro de Río de Janeiro.
Se trata de algunos de los platos y aperitivos en los que cocineros de restaurantes, bares, hoteles y discotecas han intentado traducir al ámbito gastronómico la emoción del terreno de juego.
Uno de ellos es "Pelotas en el césped", que reproduce la hierba, los jugadores, las porterías, las líneas del campo y hasta el banderín de esquina a base de bolitas de salchicha casera de cerdo, rodeadas de patatas fritas, col y aceitunas.
Lo realizó el chef Valtecio Borges para la Cachaçaria Mangue Seco, un local de venta del licor de caña brasileño (cachaza) y aperitivos en el barrio Lapa.
"Es un desafío, requiere tiempo, calma, no sirve apresurarse", dijo el Chef André Luís Silva, del establecimiento Rio Scenarium. "Para nosotros fue un gran desafío incluso mayor porque creamos un plato de pasta", añadió.
La creación de este hincha del equipo carioca Fluminense fue el "Regate tornillo", que consiste en macarrón "tornillo" con salsa de pesto, dos medallones de "filet mignon" y un tomate cherry, sazonado con perejil y queso parmesano.
Cada plato del festival, que durará hasta el 30 de junio, el día de la final de la Copa Confederaciones, viene acompañado de una cachaza del estado de Río de Janeiro.
Los precios de los platos van de 12 a 66 reales (de 6 a 33 dólares), aunque algunos de ellos se venden según el peso.
El festival está organizado por el Servicio Brasileño de Apoyo a las Micro y Pequeñas Empresas de Rio de Janeiro (Sebrae-RJ) y Nuevo Río Viejo Polo, una asociación empresarial de la zona.
EFE
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