El técnico del Arsenal -que hoy cumplió 1000 partidos al mando de los ´gunners´- se mostró contrariado por el resultado de su equipo.
La semana en Inglaterra anduvo cargada de polémica por el enfrentamiento no solo entre el Chelsea y Arsenal en Stamford Bridge, sino también por los 1000 partidos de Arsene Wenger al mando de los "gunners" y la consabida rivalidad entre él y José Mourinho, un viejo antagonista en las lides tácticas del fútbol.
Y al final, el único vencedor -con un largo crédito- ha sido el técnico portugués y su máquina azul que zarandeó a su gusto a los de Wenger. Después, lo habitual: comparecencia de técnicos ante los medios; esta vez el primero en aparecer fue el técnico francés con rostro desencajado y mascando la derrota.
"Sí, por supuesto, es uno de los peores días. A los 20 minutos todo estaba acabado y aún quedaba mucho tiempo por delante. No nos habíamos preparado toda la semana para vivir una experiencia como esta", dijo Wenger en la rueda de prensa posterior al duelo en Stamford Bridge.
"Esta derrota es culpa mía, asumo toda la responsabilidad por ella", afirmó el técnico galo, de 64 años, para quien no había "necesidad de hablar demasiado" tras el duelo.
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