Zinedine Zidane fue el más ovacionado por los aficionados reconociéndole las cinco temporadas que defendió la casaquilla del Real Madrid.
Quince años después de que el Real Madrid conquistara su ansiada séptima Copa de Europa, un 20 de mayo de 1998, el conjunto blanco y la Juventus de Turín se reencontraron hoy en el estadio Santiago Bernabéu para disputar la cuarta edición del "Corazón Classic Match".
Los veteranos de ambos equipos hicieron disfrutan a los aficionados que llenaron en la tarde de hoy el coliseo madridista y que tuvieron la oportunidad de volver a ver vestidos de corto a futbolistas que formaron parte de la gloria europea hace no muchas temporadas.
El astro francés Zinedine Zidane que dejó una huella imborrable en éste estadio durante cinco temporadas, fue el más aclamado de la tarde. El Bernabéu bullía en aplausos cada vez que el "5" tocaba el esférico, con la misma delicadeza con la que lo hacía hace menos de una década.
Pasan los años y parece que el tiempo se detiene cada vez que el esférico pasa por los pies de Zidane, que juega y hace jugar a los suyos, derrochando una calidad propia sólo de los elegidos.
"Zizou" y el checo Pavel Nedved son jugadores así, por los que merece pagar una entrada; jugadores perennes que dominan el balón y que demuestran que, pese al paso de los años, la calidad es indeleble.
Fue el portugués Luis Figo, otro de los más aclamados en la tarde de hoy, quien abrió el marcador al poco de iniciarse el encuentro gracias a un tiro certero desde la frontal del área que se coló por el palo izquierdo de la meta defendida por Tacconi, que no pudo hacer nada pese a la estirada.
El 1-1 llegó a 20 minutos de la conclusión gracias a una gran triangulación entre Nedved y el uruguayo Paolo Montero, que sólo tuvo que empujar a la red un excelente balón que le puso el centrocampista checo.
EFE
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