Mientras estaba a préstamo en Coopsol, Alejandro Alcalá sufrió un golpe en la cabeza que, hasta hoy, no le permite volver a las canchas. Conoce su caso.
El 1 de junio, la vida de Alejandro Alcalá cambió. El arquero de Universitario de Deportes, quien estaba a préstamo en Deportivo Coopsol, era titular en el encuentro ante Deportivo Moquegua, por la Liga 2. Cerca al minuto 75, en un achique, sufrió un fuerte impacto en la cabeza que lo desmayó por un aproximado de cuatro minutos.
Al despertar, continuó jugando, con la aprobación del doctor del club, Edgar Huarcaya Saavedra. Aunque estaba mareado, no quería perder el puesto que -cuenta- tanto le había costado conseguir. Sin embargo, las consecuencias fueron fatales: una lesión en la columna cervical alta que, hasta hoy, le impide entrenar y podría, de no tratarse de manera oportuna, impedirle volver a las canchas.
RPP conversó con el portero y su abogado, Miguel Dasso, quienes denuncian diversas negligencias y solicitan una indemnización por dos conceptos: incumplimiento de obligaciones contractuales y extracontractuales, y la frustración al proyecto de vida. Asimismo, buscan que se financie un viaje a Estados Unidos para que un especialista pueda tratar su lesión.
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La palabra de Alejandro Alcalá
Una vez que despertaste del desmayo, ¿qué recuerdas?
El médico de Deportivo Coopsol estaba delante de mí. Me decía que tenía que salir. Yo quería seguir jugando porque siempre busqué jugar y el médico me lo permitió después de la conmoción. Yo estaba súper mareado. No sabía ni dónde estaba la pelota. Terminé, dentro de todo, bien.
¿Te atendieron luego?
Nos fuimos al vestuario y pedí hielo, pero no había. Tuvieron que traer, no sé de dónde. Fueron a ver si había pastilla para el dolor de cabeza o mareo, pero tampoco había. Al salir del estadio, nos dirigimos a almorzar al hotel y luego fuimos de Moquegua a Arequipa en bus. Un viaje de, más o menos, cuatro horas. En ese viaje, yo me comunicaba con mi tío, que es médico. Le pregunté qué podía hacer, pues tenía sueño y estaba mareado, con ganas de vomitar. Me dijo que no podía dormirme. Llamé al doctor del club, Edgar Huarcaya, y le pedí que me acompañe y supervise. Me dijo que no me preocupe, que me duerma. Yo hice lo contrario. Para no dormirme, me tiraba agua en la cabeza.
Al llegar a Arequipa, ¿solicitaste ir a alguna clínica?
Pedí que me atiendan, quedarme internado, no podía más. Ellos me dijeron que, si me quedaba, me hacía cargo de los costos de la clínica y el costo del pasaje de retorno a Lima. Yo quería una solución, así que me subí al avión con ellos. En Lima, esperé a ver si alguien me llevaba a alguna clínica, pero eso no sucedió. Tuve que irme solo en un taxi a una clínica. La primera tomografía fue solo craneal y no salió nada.
Durante esos días, ¿tenías que entrenar o jugar con normalidad?
Había un partido en Iquitos, con Comerciantes FC. Es un partido bonito, al que va bastante gente. Lo quería jugar, pero me sentía mal en los entrenamientos. Me sentía mareado y cada vez peor. Se lo mencioné a los compañeros y al técnico.
¿El doctor del club estaba al tanto de que tu malestar continuaba?
El doctor nunca tuvo un protocolo conmigo después del golpe. Nunca me preguntó cómo estoy, nunca me dijo "no entrenes tres días" o "ves cómo vas". No hubo preocupación en absoluto. La preocupación fue mía porque no podía ni amarrarme los chimpunes, empecé a perder fuerza, funcionalidad, mi cuerpo no respondía como debería. Volví a la clínica para hacerme una tomografía cervical y es ahí donde supe que tengo una luxación en primera y segunda vértebra de mi cuello, más un ligamento desgarrado. Me quedé internado cuatro días desde el 7 de junio. Además, se dictaminó que debería usar un collarín rígido por 45 días. Me dieron descanso médico por ese tiempo y fue presentado con la señorita de recursos humanos del club.
A ese punto, ¿con quiénes del club tenías contacto?
Le informé de frente al entrenador lo que estaba sucediendo, que me estaba quedando internado y que no podía llegar al partido porque tenía una lesión un poco grave. También tuve contacto con el jefe de equipo. En realidad, él me decía que vaya avisándole cómo voy y cómo haríamos con el tema de la clínica. Yo se lo mencionaba, porque me estaba haciendo cargo de todos los costos de la primera resonancia. Eso fue lo único que hablé con él.
¿Te devolvieron los gastos que asumiste?
Cubrieron algunos deducibles, no todos. Después de cubrir la mitad de lo que correspondía, hay bastantes evidencias escritas de parte del señor Freddy Ames, presidente del club, donde dictamina que, lo otro, lo tenía que solventar con mi sueldo.
¿En qué momento empieza el contacto con el señor Freddy Ames?
Cuando regreso de los 45 días de descanso con el collarín. Yo debía volver a entrenar de manera diferenciada, o esa era la idea, pero no fue así. A los tres días de regresar, querían que me suba a un avión para viajar a un partido ante Llacuabamba (en Huamachuco, a 3169 msnm). Me negué porque mi lesión no solo fue en el cuello, sino que se me produjo una lesión en los oídos que me quitó el equilibrio y no podía estar en espacios cerrados. Les mencioné que, por eso, no iría a la altura. El doctor que me trataba lo puso por escrito, explicó por qué no podía viajar. El cuerpo técnico no quería, pero quien se empeñaba en que yo viaje era Freddy Ames.
¿Hubo alguna represalia por tu decisión de no viajar?
Cuando el equipo regresó, Freddy Ames me quiso castigar tres días por la falta que, supuestamente, había cometido. Le pedí que me lo ponga por escrito y lo firme, porque sé cuáles son mis derechos laborales y, si no cumplo con ir tres días, tendría la posibilidad de despedirme por abandono al puesto de trabajo. Fui igual, pero entrenaba solo. Le pedía al entrenador de arqueros algunos entrenamientos suaves, que me lleve de a pocos. Solo éramos él y yo. Le iba diciendo qué podía hacer y qué no. Me pareció cero profesional. Yo quería regresar a jugar y empecé a apurarme un poco, volví a entrenar con el grupo. En uno de los entrenamientos, en un achique nuevamente, me cae un pelotazo en la cara y esto agravó la situación de mi lesión.
¿Hasta cuándo te duraron los síntomas?
Hasta el día de hoy. Cuando hago esfuerzo físico, me mareo y tengo que parar dos minutos, sobre todo cuando hago fuerza. No tengo permitido saltar, ni correr. Estoy imposibilitado de jugar. El diagnóstico actual es que sigo con la luxación de C1 y C2, y tengo el ligamento desgarrado casi por completo.
¿Has podido volver a jugar?
Ya no. Cuando volví de los 45 días, estaba otro cuerpo técnico. Había entrado Willy Laya con el 'Pato' Cabanillas. Me presenté y les conté mi situación. Entendieron mi tema y me dijeron que lo lleve con calma, que no era tan simple, que mi prioridad tendría que ser recuperarme bien, que priorice eso para regresar a la 'U' (el contrato es hasta fines de 2025) y ver en qué situación se me podía presentar.
Finalmente, ¿qué es lo que buscas con esto?
Yo hago esto con el fin de yo recuperarme, pero con una intención más: que llegue el mensaje a cualquier jugador o chico que tenga un problema. Que sepa que sí se puede hablar, que sí puedes difundir tu problema, que siempre habrá alguien que te quiera ayudar. Eso quiero transmitir. Hago esto con el fin de ayudarme a mí mismo y a los demás. Trataré de llegar a una solución con mi problema, para poder regresar a hacer lo que más amo, que es lo que más me importa.
El pedido y la postura legal
El 2 de marzo de 2024 se aprobó, en la 138.ª asamblea general anual del IFAB, la sustitución adicional permanente en casos de conmoción cerebral, con la intención de que el jugador no participe más del partido. Fue una etapa de prueba en la que ya se buscaba crear conciencia de la importancia de tomar en serio este tipo de situaciones. Ya en 2025, la Liga 1 y Liga 2 implementaron el protocolo en sus reglamentos.
El abogado de Alejandro Alcalá, Miguel Dasso, quien participó de la entrevista, hizo énfasis en que la decisión de continuar o no en el campo no depende jamás del futbolista. "La FIFA tiene tres pilares muy importantes de protocolos: racismo, amaños deportivos y conmoción cerebral. La aplicación no es responsabilidad del jugador", mencionó.
Respecto al doctor, añadió que, de acuerdo a la investigación realizada por la defensa del arquero, está registrado en el Colegio Médico del Perú únicamente con la especialidad de anestesiólogo. "Si tiene especialidad en medicina deportiva y no está registrada, es un tema aparte", dijo.
Por otro lado, confirmó que Deportivo Coopsol le descontó a Alejandro de su sueldo los pasajes para el partido ante Llacuabamba, por no haber viajado, y que, durante toda la temporada 2024, no hubo comunicación con Universitario de Deportes sobre la situación de su jugador. Ahora -mencionó- están en contacto con el club crema para buscar un tratamiento. "Según la opinión del doctor Jaime Vásquez (de la 'U'), y de otros dos médicos, no hay oportunidad de restablecer la situación en Perú. No se cuenta con la tecnología, los instrumentos. Tiene que pasar por un especialista. Estados Unidos tiene mucha especialización en este tipo de lesiones y reestablecen atletas al 100%. Estamos gestionando eso".
Respecto al proceso legal, Dasso confirmó que la reclamación fue ingresada el 26 de mayo ante la Cámara de Conciliación y Resolución de Disputas, pues la considera una opción eficiente, sobre todo, en el tema de tiempos. La indemnización solicitada es de medio millón de dólares y, aunque el jueves 5 de junio se llevó a cabo la conciliación, no se llegó a ningún acuerdo.
"La defensa legal del señor Freddy Ames planteó que no es responsable de nada y que, por tanto, no tenía ninguna oferta de conciliación. Nos hubiese encantado poder evaluar una propuesta, pero esto no sucedió. Solicitamos la indemnización por incumplimiento de obligaciones contractuales y extracontractuales, y frustración al proyecto de vida. El señor Ames dice que puso a disposición tres clínicas, pero ese no es el punto. El punto es que, al momento del incidente, el doctor tendría que haber sacado a Alejandro, debió ponerlo en una camilla, estabilizarle el cuello y subirlo a una ambulancia. Hemos detectado una serie de negligencias. Tuvo conmoción cerebral y siguió jugando. Terminó el partido y no se quedó en Moquegua. Llegó a Arequipa y no se quedó. Le dicen que, si se queda, tiene que pagar costos médicos y de traslado. Llegó a Lima y no lo llevó nadie a la clínica, se fue por sus propios medios. Ahí ya hay un incumplimiento grave. Nosotros hemos cuantificado la frustración del proyecto de vida en función de la falta de atención. Si las cosas se hubiesen atendido de forma correcta, Alejandro, para este momento, ya tendría una respuesta sobre si puede volver a jugar", mencionó el abogado del jugador.
Finalmente, comentó que el laudo final se debe emitir alrededor de la primera semana de octubre.
El descargo de Freddy Ames
RPP también se puso en contacto con Freddy Ames, quien descartó haber actuado de manera inapropiada tras la lesión del arquero Alejandro Alcalá. A continuación, la versión del presidente de Deportivo Coopsol:
"Jugábamos en Moquegua y Alejandro Alcalá sufre una lesión. Es importante señalar que las lesiones son propias del fútbol porque es un deporte de contacto. La lesión le afecta, si no me equivoco, a la cabeza, la columna. En ese momento, ingresa nuestro médico, lo reanima y le dice dos veces que deje de jugar, que salga del campo. El muchacho se niega a salir y continúa, pese al golpe fuerte.
Termina el partido, viajan en bus de Moquegua a Arequipa, en Arequipa toman avión a Lima y ahí la familia decide llevarlo a una clínica. Lo revisan y le dicen que no tiene nada y que vaya a hacer sus actividades. Él se apersona a los entrenamientos y ahí no se siente bien. A raíz de ese tema, contactamos a la familia y le indicamos que sería pertinente internarlo en una clínica. Pusimos a consideración tres clínicas de calidad. La madre responde que son cualquier cosa, con otras palabras. Le dije que nosotros no tenemos convenio con la clínica que ella señalaba. Le pregunté si tenía seguro y dijo que sí, entonces pagamos todo el coaseguro, que es el deducible, y le dijimos que, si hubiera estado en alguna de las clínicas mencionadas, tendría todo el tratamiento, incluida la rehabilitación física. La señora prefirió llevarlo a otra clínica y, luego, ir a un especialista para que le dé rehabilitación. Nosotros nos hicimos cargo de esos costos.
Estuvo de descanso médico mucho tiempo. Le dieron el alta y le indicamos que se reincorpore y que, inclusive, vaya a un partido ante Llacuabamba, pero no como titular. No quiso ir y no se le obligó. Nosotros entendimos que el muchacho estaba bien porque le dieron el alta. Al darle el alta, entendimos que ya puede jugar o, por lo menos, entrenar. Nosotros hemos actuado, desde el primer momento, con propiedad. Inclusive, pusimos a disposición tres clínicas. Dicen los terceros que no fue en el momento oportuno. Lamentablemente, la madre no dispuso de ello. Hemos abonado sus remuneraciones, porque seguía con descanso médico, y hemos cumplido con ello.
Sí es cierto (que se le quiso suspender tres días) porque cometió falta grave: él ya tenía un alta médica. Cuando te dan el alta médica, tú ya tienes la oportunidad de comenzar a entrenar. Es más, él no iba a tapar, él iba como segundo arquero. Nosotros le compramos el pasaje en avión porque, inicialmente, dijo que iba a ir. Luego no quiso porque dijo que no se sentía bien, pero el informe médico hablaba de alta médica. Él iba como segundo arquero porque el tercero que teníamos no estaba a disposición por un problema estomacal fuerte, pero en ningún momento lo hemos obligado a hacer un viaje estando sin alta médica. Hemos cumplido con todo.
Nosotros no somos especialistas en tema médico. Ustedes deberían ubicar al doctor Huarcaya*. Como club, hacemos lo que dicen los profesionales. Somos administrativos, soy el presidente y gerente, pero no puedo decirle a un médico lo que tiene que hacer. Para eso es un profesional. El día que yo le diga lo que tiene que hacer, me pongo bata de médico".
*RPP intentó contactar al doctor Edgar Huarcaya, pero no obtuvo respuesta. Se le solicitó a Freddy Ames un contacto directo con el médico, pero este no fue concedido.
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