Salvo el tema económico, cambiar de aires, en busca de una experiencia exótica, sólo podría traerle perjuicios al volante de la Selección Peruana.
La tardanza al momento de incorporarse a la pretemporada de Sao Paulo, era un mal indicio de lo que podía venir para Christian Cueva en al arranque del semestre previo al Mundial.
Naturalmente, la molestia de parte de la gente de su club, como en los hinchas no se hacía esperar, al igual que la multa desde la directiva por no ser la primera vez que se cometía la falta. La comprensión en la práctica con el recién llegado Diego Souza, como su participación en el empate a cero ante Novorizontino, parecían dejar lo sucedido atrás, pero no fue así.
La presencia de ofertas del Medio Oriente, Sudamérica y Europa, nuevamente empezaron a desconcentrar al volante, a tal punto de pedir no participar en el duelo ante Mirassol y plantear el análisis de una escapatoria salomónica. Una salida que significaría un riesgo innecesario teniendo en cuenta que faltan 4 meses para jugar el torneo más importante de su carrera.
¿Por qué riesgo? Como lo dijo su agente, no es el momento para cambiar de país y de cultura. Por lo general, cuando sucede, se necesita un proceso de adaptación, para el cual se requiere tiempo. Además, si la liga no es competitiva (como la de Arabia), puede verse mermado su rendimiento. A pesar de los inconvenientes, en Sao Paulo, bien físicamente es titular, lo respetan, valoran y no se oponen a negociarlo después del mundial. La decisión la tomará él, pero hay más que perder, que por ganar.
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