Por décimo día consecutivo continúan los ataques contra el barrio de Bad Amor, el más castigado por la represión del régimen y otros distritos de Homs.
Al menos diez personas murieron hoy en el bastión opositor de Homs, objetivo de un bombardeo de las fuerzas del régimen, y en otras localidades de la misma provincia, informaron los opositores Comités de Coordinación Local.
Los Comités agregaron que también hubo dos fallecidos en Deraa (sur) y dos en Damasco y sus alrededores.
El grupo destacó que por décimo día consecutivo continúan los ataques contra el barrio de Bab Amro, el más castigado por la represión del régimen, y otros distritos de Homs.
Los Comités apuntaron que varios helicópteros sobrevolaron esta mañana esa ciudad a baja altura y que se oye el sonido de disparos en algunos barrios, mientras que la Comisión General de la Revolución Siria señaló que los bombardeos son indiscriminados.
Tres campesinos perdieron la vida en la localidad de Al Qosair, en la provincia de Homs, donde fueron capturados por las fuerzas de seguridad en un puesto de control, indicaron los Comités.
Entretanto, en la provincia sureña de Deraa, seis carros blindados han irrumpido en la localidad de Al Tiba, donde los leales al presidente Bachar al Asad han practicado varias detenciones, indicaron ambos grupos.
Estas informaciones no han podido ser verificadas de forma independiente debido a las restricciones impuestas por el régimen sirio a los periodistas para trabajar.
En los últimos días, se han intensificado los movimientos diplomáticos para presionar al Gobierno de Damasco.
Hace dos días, la Liga Árabe acordó pedir al Consejo de Seguridad de la ONU formar una fuerza de paz conjunta para Siria, así como retirar a sus embajadores del país y aumentar las sanciones económicas contra el régimen de Al Asad.
La ONU alertó ayer de que Siria se sumirá "pronto" en una guerra civil si continúan los "ataques indiscriminados" contra la población civil a manos de las fuerzas gubernamentales, por lo que pidió "acción" a la comunidad internacional para que se logre el fin de la violencia.
Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca Jay Carney afirmó que Estados Unidos hará todo lo posible para aislar y presionar al régimen de Al Asad, y criticó los "desagradables actos de violencia" perpetrados por las autoridades sirias contra su pueblo, "que solo busca una transición democrática y una vida mejor".
Desde el inicio de las protestas a mediados de mayo pasado, han muerto más de 5.400 personas, entre ellos 400 niños, según los datos de la ONU ofrecidos en enero pasado, aunque desde entonces el organismo no puede calcular una cifra fiable. La oposición siria estima que las víctimas civiles superan las 6.000 e incluso hay países, como Arabia Saudí, que hablan de más de 7.000 muertos.
EFE
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