El aeropuerto militar de Fürstenfeldbruck será escenario de un acto conmemorativo en recuerdo de los fallecidos.
Este miércoles se cumplen 40 años de uno de los episodios más trágicos del olimpismo, el secuestro en Múnich de once deportistas israelíes por parte de un comando terrorista palestino que se saldó con 17 muertos y que puso en evidencia las escasas medidas de seguridad adoptadas por el país anfitrión.
El aeropuerto militar de Fürstenfeldbruck, donde murieron nueve deportistas -otros dos ya habían sido abatidos en la villa olímpica-, un policía alemán y cinco de los ocho terroristas tras una operación fallida para salvar a los rehenes, será escenario de un acto conmemorativo en recuerdo de los fallecidos.
Han confirmado su asistencia, además del ministro del Interior alemán, Hans-Peter Friedrich, y el primer ministro de Baviera, Horst Seehofer, familiares de diez de los once miembros del equipo olímpico israelí fallecidos en el atentado y siete supervivientes, así como otros representantes del mundo de la política y el deporte.
Lo importante, en opinión del cónsul general de Israel en Baviera, Tibor Shalev Schlosser, es que el cuarenta aniversario del atentado no sirva para dejar atrás todo lo ocurrido, sino que "se convierta en un hito para mantener el recuerdo, sobre todo entre las nuevas generaciones", citaba el periódico local Kreisbote.
"Estamos trabajando conjuntamente para que los once deportistas y el policía alemán continúen conservando en el futuro un rostro en nuestra memoria", declaró el diplomático recientemente en la presentación en Fürstenfeldbruck de una exposición y del catálogo "5 de septiembre de 1972. El fin de los juegos felices de Múnich".
La muestra, que podrá verse por primera vez este miércoles, documenta con fotos, vídeos y recortes de prensa el atentado de 1972 y lo sitúa en el contexto general de los Juegos Olímpicos de Múnich.
EFE
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