El director español Mateo Gil rueda en el país del altiplano un "western" con Sam Shepard Eduardo Noriega y nuestra Magaly Solier
Mateo Gil, el coguionista habitual de Alejandro Amenábar,
dirige desde el lunes 5 en Bolivia Blackthorn, la historia de los últimos días
de Butch Cassidy, el ladrón de bancos que encarnó Paul Newman en Dos hombres y
un destino.
En su western, apoyado en leyendas de la época que aseguran que Cassidy no murió junto a Sundance en Bolivia en 1908 sino que escapó e incluso volvió a Estados Unidos, Mateo Gil muestra a un maduro James Blackthron, seudónimo bajo el que se camufla Cassidy -que a su vez era otro alias-, que vive emparejado con una indígena en los valles tropicales de Bolivia.
Hasta que un día sus pasos se cruzan con otro jinete, más joven e inexperto. Es Eduardo Apodaca, un ingeniero español de minas reconvertido en ladrón. Por necesidades económicas, ambos acabarán cometiendo atracos.
Sam Shepard encarna a Blackthorn, Eduardo Noriega al ingeniero español, y entre el resto del reparto destacan Stephen Rea  que interpreta a un viejo comisario- y Magaly Solier -como la indígena con la que comparte su vida Blackthorn-, además de diversos actores bolivianos.
El rodaje, en inglés y de nueve semanas, se desarrolla en localidades bolivianas, y tiene como presupuesto 4,8 millones de euros.
Con este rodaje, Gil deja temporalmente su ansiada adaptación de Pedro Páramo, en un año en que se ha llevado dos Goyas: por el guión de Ágora y por el cortometraje Dime que yo.
En su western, apoyado en leyendas de la época que aseguran que Cassidy no murió junto a Sundance en Bolivia en 1908 sino que escapó e incluso volvió a Estados Unidos, Mateo Gil muestra a un maduro James Blackthron, seudónimo bajo el que se camufla Cassidy -que a su vez era otro alias-, que vive emparejado con una indígena en los valles tropicales de Bolivia.
Hasta que un día sus pasos se cruzan con otro jinete, más joven e inexperto. Es Eduardo Apodaca, un ingeniero español de minas reconvertido en ladrón. Por necesidades económicas, ambos acabarán cometiendo atracos.
Sam Shepard encarna a Blackthorn, Eduardo Noriega al ingeniero español, y entre el resto del reparto destacan Stephen Rea  que interpreta a un viejo comisario- y Magaly Solier -como la indígena con la que comparte su vida Blackthorn-, además de diversos actores bolivianos.
El rodaje, en inglés y de nueve semanas, se desarrolla en localidades bolivianas, y tiene como presupuesto 4,8 millones de euros.
Con este rodaje, Gil deja temporalmente su ansiada adaptación de Pedro Páramo, en un año en que se ha llevado dos Goyas: por el guión de Ágora y por el cortometraje Dime que yo.
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