En un momento de transición y de captación de nuevos mercados, varias compañías cinematográficas estadounidenses han llegado a acuerdos con empresas chinas.
Después de décadas en las que ir al cine significaba ver una película elegida por las autoridades, la parcial liberalización del sector ha favorecido la proyección de filmes extranjeros y exige a la industria doméstica una cierta regeneración para conectar con las nuevas demandas del público chino.
La industria cinematográfica del gigante asiático está registrando los mayores crecimientos en ingresos de todo el mundo, y en 2012 recaudó 16.800 millones de yuanes (2.693 millones de dólares, 2.050 millones de euros), lo que se traduce en un aumento del 28,2 por ciento con respecto al año anterior.
Ante este auge del sector, las productoras y los cineastas extranjeros han mostrado ya su interés en conseguir un pedazo de este mercado emergente, algo que ya se logró este año, cuando el Gobierno chino decidió ampliar la cuota máxima de películas extranjeras con permiso para ser proyectadas (pasó de 20 a 34 con la condición de que las 14 nuevas fueran en formato 3D o IMAX).
De hecho, y por primera vez en cuatro años, la recaudación de las producciones domésticas fue inferior a las extranjeras a pesar del enorme éxito de la comedia de bajo coste china "Lost in Thailand", que fue el filme más visto del año.
"La película tiene éxito porque da a la audiencia china lo que quiere: actores populares, diálogos divertidos, buenos momentos y un reflejo de ellos mismos", dijo a la agencia oficial Xinhua el presidente de la Academia de Cine de Pekín, Zhang Huijun.
"En cierta medida -añadió-, su éxito ha salvado la situación débil de las películas domésticas".
Y es que más allá de "Lost in Thailand", pocos largometrajes chinos han captado la atención del público, ya que, desde varios sectores, se considera que el cine chino cuenta con una fuerte carga ideológica, política y que es "de poca calidad" en comparación con el de otros países.
Con todo, las superproducciones de Hollywood han enganchado al público joven de las ciudades chinas que van al cine buscando entretenerse y que, cada vez más, les gusta escoger entre una oferta más global.
EFE