El centro de formación policial Thorivio Koporinche se encuentra en Uribia, una desértica península bañada por el Caribe donde operan narcotraficantes y contrabandistas.
La policía colombiana ya tiene una generación de agentes wayuus en la península de La Guajira, un territorio fronterizo con Venezuela, donde una escuela forma a los jóvenes con un profundo respeto a la Ley de sus antepasados.
El centro de formación policial Thorivio Koporinche se encuentra en Uribia, conocida como la capital indígena de Colombia por acoger el mayor número de nativos en todo el país; ubicado en el corazón de La Guajira, una desértica península bañada por el Caribe donde operan narcotraficantes y contrabandistas.
Allí los alumnos reciben la misma educación que cualquier otro policía formado en las escuelas repartidas a lo largo del territorio nacional, con la diferencia de que en Thorivio Koporinche se hace énfasis en el respeto por la cultura wayuu.
El jefe del centro de instrucción, el teniente indígena Severiano Velásquez, explicó que la escuela tiene por objetivo "crear un puente entre esa comunidad wayuu y la policía, mejorar los lazos de comunicación".
Y es que hay situaciones de alteración del orden que sólo se resuelven comprendiendo la idiosincrasia indígena.
El pueblo wayuu, que tiene unos 150.000 integrantes, se distingue por poseer sus propias leyes y autoridades: sus palabreros son ancianos que a través de la palabra dirimen de forma pacífica cualquier conflicto que surja entre ellos.
Ese sistema de normas pacíficas otorgó a este pueblo nativo en 2010 el estatus de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
EFE
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