Los padres cuyos niños tienen problemas académicos se sienten extremadamente preocupados y desilusionados.
Un niño con un trastorno de aprendizaje es, por lo general, un niño inteligente que trata de seguir las instrucciones en clase, de concentrarse y de tener buen comportamiento tanto en casa como en la escuela. Sin embargo, el niño no domina las tareas escolares y comienza a rezagarse. Algunos de estos niños tienen serias dificultades en permanecer quietos o en prestar atención.
Se estima que los problemas específicos de aprendizaje son causados por una dificultad del sistema nervioso que afecta a la captación, elaboración o comunicación de la información. Algunos de estos niños son hiperactivos y/o distraídos. Los psiquiatras infantiles indican que estos niños pueden ser ayudados, pero que si su condición no se detecta y se trata a tiempo, el problema puede aumentar y complicarse rápidamente. Un niño que en la escuela elemental no aprende a sumar, al llegar a la escuela superior, no podrá entender álgebra. El niño que trata de aprender con gran esfuerzo y no lo consigue se frustra progresivamente y desarrolla problemas emocionales como una autoestima muy pobre, resultado de los fracasos repetidos.
Algunos niños con problemas de aprendizaje pueden presentar también problemas de conducta, ya que prefieren presentarse a sí mismos como "malos" que como "estúpidos o brutos". Los padres deben aprender a conocer las señales que indican los posibles problemas de aprendizaje de su hijo.
- Dificultad en atender o seguir instrucciones.
- Dificultad para recordar lo que se le acaba de decir.
- Fracasos académicos como consecuencia del poco dominio de destrezas como la lectura, escritura y/o aritmética.
- Dificultad en distinguir entre la derecha y la izquierda, por ejemplo, confunde 25 con 52, la "b" con la "d", o "la" por "al", u "on" por "no".
- Defectos en la coordinación: cuando camina, en los deportes, en actividades manuales sencillas como sostener un lápiz, atarse los zapatos o hacer un lazo.
- Pierde o se extravían sus asignaciones, sus libros, libretas y otros materiales.
Muchos padres solicitan un psiquiatra infantil cuando su hijo presenta problemas iguales o parecidos a los arriba mencionados. El psiquiatra infantil trabaja en colaboración con los educadores y otro personal de la escuela, para hacer pruebas que puedan detectar la razón de la dificultad en el aprovechamiento y la presencia de problemas específicos de aprendizaje. Luego de entrevistar al niño y a la familia, y de evaluar la situación, el psiquiatra hará recomendaciones relacionadas con la ubicación escolar apropiada para el niño, la necesidad de ayudas especiales, como terapia académica, ocupacional, del habla y tomará las medidas necesarias para ayudar a que el niño desarrolle al máximo su potencial.