Para doblegar la voluntad de las mujeres, el rumano Ioan Clamparu, alias ´Cabeza de Cerdo´, les retiraba su documentación personal, se valía de amenazas y agresiones físicas.
El ciudadano rumano Ioan Clamparu, alias "Cabeza de Cerdo", ha sido condenado a 30 años de prisión por cinco delitos de inducción a la prostitución a varias compatriotas suyas, entre ellas una menor de edad a la que obligó además a abortar.
La sentencia, hecha pública hoy, considera probado que el acusado, actuando de acuerdo con otras personas, logró durante el año 2000 que un número no concretado de mujeres rumanas viajasen a España con la promesa de que iban a trabajar en la hostelería o en el servicio doméstico, mientras que con otras se concertó que lo harían en la prostitución.
Una vez en España, les decían que habían contraído una deuda importante con la organización y que debían saldarla entregando todo el dinero que ganasen ejerciendo la prostitución.
Para doblegar la voluntad de las mujeres, a las que retiraban su documentación personal -proporcionándoles otra falsa- y mantenían hospedadas en pisos donde eran controladas día y noche para evitar su fuga, se valían de amenazas y agresiones físicas.
Clamparu deberá también indemnizar, por daños morales, a tres mujeres con 12.020 euros -que han actuado como testigos protegidas- y a la menor que fue obligada a abortar, con 30.506 euros.
De acuerdo con la sentencia, el condenado dirigía un grupo de personas que actuaban unas en España y otras en Rumanía, entre las que distribuía a las mujeres para que las controlasen y recaudasen sus ingresos.
"Cabeza de cerdo" se reunía periódicamente con estas personas para gestionar el trabajo de las mujeres y para que le rindieran cuentas sobre lo recaudado.
Una de las testigos contó además que había varios pisos y un elevado número de mujeres en la misma situación, que cifró en torno a cincuenta.
Una de las víctimas, la testigo protegida identificada como "Andrea", tenía 17 años cuando llegó a España engañada con la promesa de trabajar en la hostelería.
La joven, que fue obligada a ejercer la prostitución mediante amenazas de muerte a ella y toda su familia, fue agredida físicamente por el propio condenado, que cuando se enteró de que estaba embarazada, la obligó a abortar.
EFE
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