Es necesario aceptar el hecho y tomarlo como una experiencia de aprendizaje, no sólo para el chico, sino para toda la familia.
Un niño o adolescente puede repetir por múltiples razones: conflictos familiares, de aprendizaje, falta de integración con el grupo o vínculo con su maestra, deficiencias en la visión o la audición y problemas socioeconómicos.Pero esto no debe ser tomado como una tragedia.
Los padres suelen perder la calma; repetir tiene un costo emocional muy alto, pero la clave para superarlo está en el apoyo que el chico encuentre en sus vínculos más cercanos, principalmente en la familia.
Existe un proceso de duelo y adaptación simultánea, que sin ayuda de la familia es muy difícil de lograr. El chico pierde su grupo de compañeros y debe integrarse a uno nuevo; por eso es importante alentarlo, acompañarlo en el estudio y poner el foco en el futuro, con el fin de no cometer los mismos errores el año próximo.
Según la especialista, repetir de año está asociado al fracaso, pero en muchas ocasiones no es determinante para la trayectoria escolar . Volver sobre lo que ya se hizo y no se logró puede ser utilizado como una herramienta a favor para incorporar nuevas responsabilidades y obligaciones.
Se observa que la educación aún está muy ligada al sistema de premios y castigos. Este método no funciona con los adolescentes. En general, incrementa su frustración, los vuelve más desafiantes y, en lugar de ayudarlos a encontrar la motivación que les falta, suele desatar conductas de rebeldía. Muchos adolescentes no demuestran ningún tipo de interés por el estudio, y en ciertos grupos esto suele convertirse en una señal de estatus. Lo que importa es zafar con el menor esfuerzo posible.
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