Una experiencia distinta y singular es escuchar los sonidos de Tito La Rosa, un viaje con retorno a un mundo mágico de sonidos compuestos de aire y agua. Un viaje ancestral.
Dialogar con Tito la Rosa es conversar con un personaje singular, es dialogar con un tipo de chaman diferente a los demás. Mejor aún. Una descripción de Tito no la puede hacer mejor que el mismo: “Soy músico, compositor y constructor de instrumentos musicales de bambú, investigo y experimento el poder curativo de los sonidos ancestrales. Como músico y compositor he grabado 9 discos en el género fusión, una combinación de los sonidos de instrumentos ancestrales como antaras de plumas de cóndor, flautas de hueso y bambú, vasijas silbadoras con el sonido de instrumentos contemporáneos como el teclado, violín, chelo, percusión etc.”.
Pero Tito también se considera un terapeuta o sanador con sonidos. “Mi trabajo está ligado a la tradición, a la búsqueda de tus raíces, de tu identidad. También buscamos entrar en armonía con la naturaleza y sus ciclos sabios, todo esto ligado a la cosmovisión andina”, dice Tito.
Como constructor de instrumentos, trabaja el bambú, una caña que considera “maestra”. Con ella busca sonidos y afinaciones para reforzar su trabajo anterior.
Ha grabado un disco con el famoso músico japonés de la nueva era Kitaro. Este disco ganó el Grammy. Ha grabado con chamanes de la selva del Perú, fruto del cual creo tres discos: “Icaro cantos shamánicos”, “Ayawaska, Canto de sanación”, y “Ayawaska, la otra orilla”.
Ha realizado muchas giras como sanador de sonidos por Japón, Francia, México, Chile, Bolivia, Brasil y Estados Unidos. Y en pocas semanas emprenderá una visita a Estados Unidos donde ofrecerá recitales. Nos ha prometido regresar y sorprendernos con su talento. Por ahora solo nos queda colocar la mandíbula en su lugar y buscar donde consiguimos su música.
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