No puede ser que generación tras generación se vayan transmitiendo una serie de impulsos primitivos que hacen que los hijos sean agresivos o autoagresivos.
No puede ser que generación tras generación se vayan transmitiendo una serie de impulsos primitivos que hacen que los hijos sean agresivos o autoagresivos, y veamos dramáticos casos de niños infelices.
Este tema y una consulta desde Piura sobre una criatura de 3 años, que por su corta edad, no tiene otra forma de manifestar su rabia ante una profesora severamente estricta, por lo que evita expulsar sus heces, son parte del programa con el que cerramos esta semana.
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