Una de las mujeres fue ultimada por casarse de nuevo tras haberse divorciado y la otra por no quedar embarazada.
Dos mujeres fueron asesinadas por sus familiares en Afganistán en sendos crímenes "de honor", una de ellas por casarse de nuevo tras haberse divorciado y la otra por no quedar embarazada.
Las dos muertes se produjeron anoche en la provincia noroccidental de Faryab, dijo a Efe el jefe del Departamento de Investigación de Crímenes de la Policía provincial, el coronel Sarbaland.
Una de las víctimas, Gulsom, de 38 años, fue asesinada por un hermano suyo, que posteriormente fue detenido, en su domicilio en el distrito de Pashtun Kot, aseguró el responsable policial.
El hermano disparó con una pistola a su hermana "por creer que había avergonzado y deshonrado a la familia al haberse casado por segunda vez después de divorciarse de su primer marido", añadió la fuente.
La segunda víctima fue asesinada por su marido por no haberse quedado embarazada tras diez meses de matrimonio, en el distrito de Bilchiragh.
La pareja había acudido días atrás acompañada de la madre de cada uno de ellos a pedir ayuda a un adivino y, al no recibir buenos augurios sobre la posibilidad de un embarazo, el marido y su madre llevaron a la mujer a casa de un vecino, relató el coronel Sarbaland.
"Después de pasar la noche en la vivienda, el esposo asfixió a la mujer" y posteriormente fue detenido, añadió.
La activista por los derechos de la mujer y senadora afgana Rangina Kargar declaró a Efe que los crímenes de honor son frecuentes en esta provincia, donde a su juicio no son debidamente perseguidos por las autoridades competentes.
Kargar manifestó que el analfabetismo, la falta de concienciación sobre derechos humanos, en especial de la mujer, la corrupción y la burocracia en órganos judiciales contribuyen a esta situación.
De acuerdo con la misión de la ONU en Afganistán, en el país asiático están muy extendidas prácticas como los matrimonios forzados o entre menores, el aislamiento de las mujeres en el hogar, la entrega de niñas para zanjar disputas o los asesinatos de honor.
En Afganistán se combina una visión muy rigurosa del islam con el atávico código de las tribus pastunes, conocido como "pastunwali", que aboca a las mujeres a un papel decisorio casi nulo.
EFE
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