Los afectados son cinco empresas líderes en los sectores de la energía nuclear, renovables y producción de acero y aluminio.
El Gobierno de Estados Unidos imputó hoy a cinco militares chinos de una unidad secreta de "hackers" por haber hecho espionaje industrial de empresas estadounidenses de los sectores energético, aluminio o el acero con la intención de ayudar a los competidores del país asiático.
Por primera vez, Estados Unidos se decide a dar el paso y acusar formalmente a miembros del Ejército de Liberación Popular chino, en concreto a expertos de la secreta "Unidad 61398", con sede en Shangai y encargada supuestamente de infiltrarse en las redes informáticas de empresas estadounidenses.
El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, dijo hoy en una rueda de prensa que "el rango de secretos comerciales y otro tipo de información empresarial sensible robada es importante y obliga a una respuesta decisiva".
Los afectados son cinco empresas líderes en los sectores de la energía nuclear, renovables y producción de acero y aluminio: Westinghouse Electric, las filiales estadounidenses de la alemana SolarWorld, U.S. Steel, Alcoa, Allegheny Technologies, y el sindicato United Steelworkers, el mayor del sector del acero.
El documento de cargos imputa a Wang Dong, Sun Kailiang y Wen Xinyu con la responsabilidad material de los hechos y a Huang Zhenyu y Gu Chunhui con el mantenimiento de la infraestructura utilizada en las operaciones de infiltración electrónica.
Los 31 cargos presentados en el estado de Pensilvania contra estos militares chinos conllevan penas máximas de prisión que van desde los 10 a 15 años, por los cargos más graves de "robo de secretos comerciales" y "espionaje económico", respectivamente.
EFE
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