Según los solicitantes de clemencia, Scott Panetti (56), que en 1992 asesino a sus suegros, es esquizofrénico desde hace más de 30 años y sufre de trastornos esquizoafectivos crónicos.
Un grupo de abogados, médicos y religiosos pidió este miércoles al gobernador de Texas (EE.UU.), Rick Perry, y a la Junta de Indultos y Libertad Condicional del estado, que suspendan la ejecución del preso con esquizofrenia Scott Panetti, programada para el 3 de diciembre.
Panetti, de 56 años, asesinó en septiembre de 1992 a sus suegros y secuestró a su esposa y a su hija de tres años en Fredricksburg (Texas) hasta que fue detenido horas después del crimen, unos hechos que el condenado atribuyó entonces a su alter ego "Sarge".
Según los solicitantes de clemencia, Panetti es esquizofrénico desde hace más de 30 años y sufre de trastornos esquizoafectivos crónicos.
En su juicio de 1995, Panetti se defendió a sí mismo disfrazado de vaquero y mencionó a más de 200 testigos, entre ellos "al expresidente asesinado John F. Kennedy, al Papa Juan Pablo II o a Jesucristo".
Desde entonces, ha sido hospitalizado por psicosis y delirios en múltiples ocasiones, según los peticionarios, entre los que figuran Saul Leon, director de la Asociación Psiquiátrica Estadounidense y el exgobernador texano Mark White (1983-1987).
Según ellos, el condenado cree ahora que "su ejecución está orquestada por Satanás, a través del estado de Texas, para poner fin a su predicación del Evangelio de Jesucristo".
La ejecución de Panetti "cruzaría una línea moral", añaden.
"Desde la diferencia ideológica y política, con independencia de si apoyamos o nos oponemos a la pena de muerte, creemos que este no es un caso para el que proceda la ejecución", esgrimen en la carta además de White, exfiscales y exjueces federales y estatales o exfuncionarios del Departamento de Justicia.
"Como profesionales de la ley y de la justicia penal, estamos profundamente preocupados de que la pena de muerte fuera el resultado de un juicio en el que un hombre con esquizofrenia disfrazado se defendió a sí mismo", añaden.
Finalmente, los religiosos, cerca de 50 pastores evangélicos, aseguran que la ejecución de Panetti no tiene "ningún propósito constructivo" y que aplicar la pena capital a enfermos mentales "falta al respeto de la dignidad humana".
Las autoridades fijaron por primera vez la ejecución de Panetti para 2004, pero entonces un juez federal la paró y dio la última palabra sobre el caso a la Corte de Apelaciones de Nueva Orleans, con competencia en Texas, que el año pasado decidió que el condenado era apto para la pena capital.
En caso de que Perry y la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Texas no acepten la solicitud de clemencia, los abogados aún podrán recurrir a la Corte de Apelaciones de Nueva Orleans y en última instancia al Tribunal Supremo.
EFE
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