Se necesita un sistema de recolección selectiva en nuestras ciudades, además de contar con empresas especializadas en reciclaje de residuos electrónicos y, sobre todo, que ofrezcan la garantía de un manejo ambientalmente responsable.
El Perú genera más de doce mil toneladas de residuos electrónicos al año y el cincuenta por ciento es desechado por instituciones públicas y privadas. De esa manera, cada año los residuos electrónicos crecen veinte veces con respecto al año anterior.
En cuanto a teléfonos celulares, se tienen aproximadamente doce millones de líneas activas en telefonía móvil a nivel nacional; cantidad que ha venido creciendo, anualmente, cuarenta por ciento desde el año 2000. “Considerando que los equipos se cambian con una frecuencia promedio de dos años y, de acuerdo a los cálculos realizados actualmente existen 8,700 toneladas de celulares listos para su disposición final”, declaró el Ing. César Zela Fierro, Gerente de Eco Consult Ingenier, empresa dedicada a la gestion de residuos solidos.
Así, se necesita un sistema de recolección selectiva en nuestras ciudades, además de contar con empresas especializadas en reciclaje de residuos electrónicos y, sobre todo, que ofrezcan la garantía de un manejo ambientalmente responsable. También, se necesita un marco legal que supervise el servicio que ofrecen las empresas recicladoras.
Se pudo conocer que nuestro país genera más de siete millones de toneladas de residuos sólidos cada año y el 80 % de esos desechos (5 mil toneladas) se arroja a los botaderos clandestinos y/o se queda en las calles de nuestras ciudades, debido a la falta de una eficiente política ambiental.
En Lima, de todos los distritos limeños (43), sólo 10 de ellos recogen el 90% de los residuos sólidos generados y depositan sus residuos en rellenos sanitarios. La capital genera, anualmente, 2´086.091 toneladas de basura. En toda la provincia, el 60% de dichos residuos sólidos, es decir 1´251.654.60 toneladas, no llega a los rellenos sanitarios.
“Necesitamos una oferta especializada que garantice que los residuos electrónicos sean adecuadamente tratados. Por ejemplo, buscar su desmontaje, clasificación y su reparación para un potencial reúso de lo contrario empezar su trituración y almacenamiento para el posterior reciclaje”, continuó Zela.
“Queremos promover un modelo que valore los saberes y el trabajo de los recicladores, creemos que es momento de acabar con la informalidad y con el abuso al cual son sometidos. La idea es sumar voluntades para recuperar ambientalmente nuestras ciudades”, finalizó Zela.
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