Lamentablemente, estas solicitudes fueron denegadas antes del ataque en el que murieron el embajador Christopher Stevens y otros tres diplomáticos.
El consulado de EE.UU. en Bengasi ya había sido objeto de varios atentados y la misión diplomática en Libia había solicitado "en repetidas ocasiones un aumento de la seguridad" que le fueron denegados antes del ataque del pasado 11 de septiembre, indicaron hoy varios congresistas.
"Varios funcionarios del gobierno han confirmado al comité que, antes del ataque del 11 de septiembre, la misión en Libia había solicitado en repetidas ocasiones un aumento de la seguridad en Bengasi", explicó Darrell Issa, congresista republicano y presidente del comité de la Cámara de Representantes de Supervisión y Reforma del Gobierno.
"A la misión diplomática en Libia, sin embargo, se le negaron el acceso a estos recursos", agrega Issa y el congresista republicano por Utah, Jason Chaffetz, que también firma una carta enviada hoy a la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
La misiva exige a la Administración que explique si se recibieron esas peticiones y si se tomaron medidas al respecto.
"Por favor, detallen cualquier solicitud realizada por la embajada de Trípoli a la sede central del Departamento de Estado de seguridad adicional, de manera general o acerca de ataques específicos", precisan.
Los legisladores señalan que cuentan con información de personas con "conocimiento directo" de lo que sucedía en Libia y que el ataque del 11 de septiembre fue "el último de una larga serie de atentados a diplomáticos y funcionarios occidentales en Libia en los meses previos".
Entre ellos, los legisladores destacan que en junio ya se produjo un ataque con bomba al consulado estadounidense y también otro ataque a la comitiva que llevaba al embajador británico en Libia por la ciudad.
Asimismo, agregan que "nunca estuvo claro, como han sostenido los funcionarios de la Administración, que el ataque fuese el resultado de una protesta popular".
En el atentado falleció el embajador estadounidense en Libia, Christopher Stevens, el funcionario diplomático Sean Smith y los exmilitares Tyrone Woods y Glen Doherty.
Aunque en un principio, la Administración Obama aseguró que lo ocurrido había sido producto de las "violentas protestas" a raíz de un vídeo producido en EE.UU. que ridiculiza al islám, posteriormente se matizaron estas afirmaciones.
EFE
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