¿Cómo nos encontramos con dos ´equipos´-chicos de azul y las niñas en rosa? Conózca la respuesta en el siguiente artículo.
En 1884 era común que un niño de hasta 6 años luzca un vestido, adornado en algunos casos con un sombrero con plumas y unos clásicos zapatitos de charol.
Cien años después, lo que era permitido entonces, no encaja en los cánones de vestimenta de un pequeño hombrecito del siglo XXI.
Pero, ¿qué es lo que ha pasado? ¿Por qué un niño no puede –o debe- tener el color rosa en su guardarropa? ¿Por qué las madres solo compran vestidos pensando en sus engreídas y no en sus engreídos?
La historiadora de la Universidad de Maryland y autora del libro “Pink and Blue: Telling the Girls From the Boys in America”, Jo B. Paoletti, ha explorado en la vestimenta de los niños de los últimos 30 años para encontrar las respuestas.
“Lo que una vez era cuestión de practicidad –porque antes vestías a tu bebé de blanco por el color de los pañales-, se ha vuelto una cuestión de: oh, Dios mío. Si visto a mi hijo con una prenda inapropiada, puede convertirse en un pervertido", explica.
Rosa y azul llegaron, junto con otros tonos pastel, como los colores de los bebés en el siglo 19, sin embargo, no fueron promovidos como referentes significantes de género hasta justo antes de la Primera Guerra Mundial.
Un artículo de junio de 1918, del departamento de infantes de la publicación comercial de Earnshaw cita: "La norma generalmente aceptada es de color rosa para los chicos y azul para las chicas. La razón es que el rosa, al ser un color más definido y más fuerte, es más adecuado para el niño, mientras que el azul, que es más delicado y exquisito, es más bonito para la niña”.
Otras fuentes, de acuerdo con Paoletti, revelan que el azul era halagador para rubias, para los bebés con ojos azules; mientras que el rosa era el recomendado para las morenas y para los niños con ojos marrones.
En 1927, la revista Time publicó un gráfico que muestra qué colores eran los apropiados, de acuerdo a las principales tiendas de los Estados Unidos. En Boston, Filene’s le dijo a los padres que los chicos vistan de color rosa, así como Best & Co. in New York City, Halle’s en Cleveland y Marshall Field.
¿Pero cuándo es que las cosas de invirtieron? No fue sino hasta inicios de 1940, que las normas de lo que un niño o niña debe vestir fueron “establecidas”, como resultado de las preferencias de los estadounidenses, según la interpretación de los fabricantes y minoristas. “Pero pudo haber sido al revés”, advierte Paoletti.
Desde entonces, los niños crecen con ropas de color azul y las niñas con el color rosa. ¿Algún día volverá a cambiar? Solo el tiempo sabe esta respuesta.
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