Varios analistas han cuestionado la cercanía de este grupo que hackeo la cuenta de Associated Press (AP) con el presidente sirio, Bachar Al Asad.
El Ejército Electrónico Sirio, el grupo de ‘hackers’ que la última semana provocó una breve pero fuerte caída en la "bolsa", luego de difundir una noticia falsa a través de la cuenta en twitter de la Associated Press (AP) intervenida por ellos, contarían con el “apoyo tácito” del gobierno sirio, según especialistas.
Varios analistas han cuestionado la cercanía de este grupo con el presidente, Bachar Al Asad, quien actualmente dirige una cruenta represión contra los rebeldes sirios.
Helmi Noman, investigador de la Universidad de Toronto que sigue a este grupo de piratas informáticos desde su aparición en mayo de 2011, informó que su dominio en internet fue registrado por la Sociedad de Computación de Siria, entidad dirigida por Al Asad en la década del 90, antes de ser presidente.
“(El sitio web del Ejército Electrónico Sirio) está alojado en la red del gobierno sirio, lo que es interesante, porque es la primera vez que vemos que un grupo que lleva a cabo actividades cuestionables se aloja en una red nacional de computadoras", manifestó.
Asimismo aseguró que Al Asad ha respaldado al grupo abiertamente. “Expresó gratitud por su labor y los describió como un verdadero ejército en internet”, dijo.
Pese a estas observaciones los especialistas señalan que la relación entre los “hackers” y el oficialismo sirio no puede ser probada, incluso ese gobierno podría ser deshonesto sobre ese vínculo ante la posibilidad de enfrentar consecuencias políticas y legales, luego de las pérdidas financieras suscitadas luego del “tuit” falso.
Como se recuerda el Ejército Electrónico Sirio, publicó este martes un tuit falso en la cuenta de AP sobre dos explosiones en la Casa Blanca, que aseguraban dejó herido al presidente Barack Obama.
Anteriormente el grupo se había adjudicado los “hackeos” a la cadena británica BBC, los canales estadounidenses de noticias CBS News y NPR, además de los sitios de la Universidad de Columbia y del grupo de defensa de los derechos humanos, Human Rights Watch (HRW).
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