Pero los expertos advierten al mismo tiempo de que un incremento de las dosis puede dar lugar también a muchos más casos de miopatías como importante efecto secundario.
Un incremento de las dosis de estatinas, medicinas utilizadas para reducir el colesterol, sirve para prevenir muchos más ataques cardíacos y apopléjicos, según los expertos, que advierten, sin embargo, de los efectos secundarios.
Dos equipos de investigadores de Australia y el Reino Unido compararon las dosis normales de estatinas con otras más elevadas y llegaron a la conclusión de que estas últimas reducen en un 13 por ciento los ataques cardíacos con desenlace mortal.
Pero los expertos advierten al mismo tiempo de que un incremento de las dosis puede dar lugar también a muchos más casos de miopatías como importante efecto secundario.
Los citados estudios, cuyos resultados se publican en la revista médica británica The Lancet, se realizaron en las universidades de Oxford (R.Unido) y Sydney (Australia), utilizando datos obtenidos en otros anteriores.
En el primero se constató, a dosis más elevadas, una reducción ulterior del 15 por ciento de los "incidentes vasculares graves", incluido un 13 por ciento menos de ataques cardíacos, un 19 por ciento menos intervenciones cardíacas necesarias y un 16 por ciento menos apoplejías.
El segundo estudio, en el que se compararon también dosis normales con otras más elevadas, reveló también una caída del colesterol LDL y del numero de "episodios vasculares".
Tras estudiar ambos estudios, dos expertos, los profesores Bernard Cheung y Karen Lam, ambos de la Universidad e Hong Kong, llegaron a la conclusión de que a las personas con un riesgo elevado de ataque cardíaco o apoplejía debería recetarse una dosis elevada de estatinas.
Sin embargo, los autores de los estudios advierten de que la simple elevación de la dosis de la estatina más comúnmente usada en el Reino Unido, simvastatina, podría resultar contraproducente.
Un raro efecto secundario de la simvastatina, incluso cuando se administra en dosis pequeñas, es la miopatía o debilidad muscular, y en algunos casos puede causar daños musculares incluso más graves.
Cuando se les administraba en dosis bajas, tres de cada tres mil pacientes (un 0.03 por ciento) desarrollaban alguna miopatía, pero, a dosis más elevadas, nueve de cada 1.000 (un 0.9 por ciento) sufrían esa dolencia.
EFE
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