Fernando Ramos, creador de sistema multiplicador de fuerza, requiere pasajes para que su hijo, sus ojos por años, lo acompañe.
La historia de un inventor peruano identificado como Fernando Ramos, de 63 años, pone en evidencia una realidad aciaga: que los creativos en nuestro país la pasan negras.
Él estudio en la Escuela Nacional de Ingeniería Técnica de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), pero por razones socioeconómicas abandonó tempranamente las aulas.
Sin embargo, Ramos no renunció a una idea estudiantil que concibió y le quitaba el sueño. Tras esfuerzo, perseverancia y sudor, logró concretar su ansiado proyecto: la creación de un sistema multiplicador de fuerza. “Hice realidad una idea inconcebible”, afirma el inventor peruano a RPP Noticias.
¿Y de qué se trata? El sistema multiplicador de fuerza permite reducir el uso de energía en todo tipo de máquinas, señala Fernando.
Al respecto, el sistema optimiza el funcionamiento de cualquier equipo en el que se haya adaptado, como el motor de un automóvil, un barco o central hidroeléctrica.
Es decir, hace más competitivos a las empresas y a sus productos en los mercados nacionales e internacionales, y también mejoraría las condiciones laborales del trabajador.
Pero este extraordinario invento puede simplemente pasar desapercibido como muchos otros. Sucede que Fernando, tras haber ganado merecidamente el X Concurso Nacional de Invenciones organizado por Indecopi, representará al Perú en la Feria Internacional de Inventos de Ginebra que se realizará en abril de este año.
La citada institución que protege la propiedad intelectual decidió cubrir los gastos de periplo al país europeo. No obstante, la participación de Fernando podría ensombrecerse. La razón: es invidente.
Su vástago, quien colaboró en el proceso de invención del referido sistema, anhela acompañarlo pues durante años ha sido los “ojos” de su progenitor. Lamentablemente, la grave situación económica que atraviesa impide que viaje.
Por eso, solicita un verdadero apoyo por parte de los entidades gubernamentales y privadas con el fin de participar en el evento internacional (que, además, se lo ha ganado a pulso).
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