Los islamistas demostraron una vez más su capacidad organizativa, al ordenar en filas a todos los manifestantes (con las mujeres desfilando por separado).
Más de diez mil islamistas marroquíes, según cálculos independientes, se manifestaron hoy en Rabat en una marcha pacífica para condenar al "régimen golpista militar egipcio" y pedir al Estado marroquí que no reconozca al Gobierno egipcio actual.
Convocados por varias organizaciones de carácter islamista, y principalmente por el movimiento mayoritario y semitolerado de Justicia y Caridad (JyC), los manifestantes marcharon ordenadamente por la avenida más céntrica de Rabat evitando los eslóganes y las críticas internas, ya sea contra el Gobierno marroquí o el rey Mohamed VI.
Un miembro dirigente de JyC explicó a Efe que se había pretendido así atraer a los simpatizantes del Partido Justicia y Desarrollo (PJD, islamista), que encabeza el Gobierno marroquí, y de hecho pudo verse a algún dirigente de menor rango del PJD en la cabeza de la manifestación.
La actitud oficial de Marruecos con respecto a los sucesos de Egipto ha sido claramente favorable a los militares: el mismo día en que se produjo el golpe de estado, el rey Mohamed VI (que dirige la política exterior) envió un caluroso mensaje de felicitación al general Adli Mansur, mientras que algunos ministros del PJD condenaban a título particular el golpe y el Gobierno guardaba silencio.
En la manifestación de hoy, los eslóganes se limitaron a pedir la ruptura diplomática con Egipto, y el comunicado final pidió "al Estado" (no al Gobierno) que no reconozca al régimen egipcio actual.
Por lo demás, los islamistas demostraron una vez más su capacidad organizativa, al ordenar en filas a todos los manifestantes (con las mujeres desfilando por separado) y conseguir que todos ellos respondieran disciplinadamente a eslóganes sobre la legitimidad democrática y en apoyo al depuesto presidente Mohamed Mursi, sin recurrir en ningún momento a la violencia.
Los organizadores dijeron haber reunido a 100.000 personas, pero esta marcha no congregó a tantas personas como otras organizadas por los mismos grupos, y concretamente las que periódicamente organizan en apoyo de los palestinos.
El PJD, que nunca ha escondido su cercanía ideológica con los Hermanos Musulmanes egipcios, se encuentra ahora en la difícil tesitura de aplicar la política exterior trazada por el rey y no acorde con sus principios, algo que puede suponer el alejamiento de sus simpatizantes.
EFE
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