El estrés postraumático y su componente genético
LA NOTA ERA TABÚ
El estrés postraumático puede ser hereditario, de acuerdo con una investigación realizada en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y publicada en Journal of Affective Disorders, en la que se ha relacionado una variante de dos genes implicados en la producción de serotonina con un mayor riesgo de desarrollar este trastorno.
El estrés postraumático suele presentarse después de haber sufrido una situación grave, como un abuso físico o sexual, un ataque terrorista, un accidente grave o una catástrofe natural, y se caracteriza por la presencia de continuos recuerdos de estos momentos traumáticos.
En este estudio, dirigido por Armen Goenjian, se extrajeron muestras de ADN de 200 adultos de varias generaciones de 12 familias que habían sufrido los síntomas que caracterizan este trastorno tras sobrevivir al devastador terremoto de 1988 en Armenia. De este modo, los investigadores encontraron que las personas que poseían variantes específicas de dos genes, el TPH1 y el TPH2, eran más propensos a desarrollar estrés postraumático.
Ambos genes se encargan de controlar la producción de serotonina, una sustancia química cerebral que regula el estado de ánimo, el sueño y el estado de alerta, que generalmente se interrumpen cuando aparece este trastorno.
«Tenemos la sospecha de que las variantes genéticas producen menos serotonina, lo que predispone a estas personas a sufrir un trastorno de estrés postraumático después de la exposición a la violencia o un desastre», ha reconocido Goenjian. De hecho, apunta que su próximo objetivo es «tratar de replicar los resultados en un estudio más grande, con población más heterogénea».
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