Un grupo de expertos profesionales, equipados para trabajar en altura, realizan durante esta semana una serie de trabajos en el mítico Big Ben de Londres.
Las agujas del conocido Big Ben de Londres señalan las doce en punto desde las 9 del pasado 19 de agosto, cuando el mecanismo del reloj se desconectó para facilitar las labores de limpieza que durarán hasta el jueves 21.
Los miles de turistas que cada día se acercan al Palacio de Westminster, sede del Parlamento británico y uno de los puntos más visitados de la capital británica, observarán durante esta semana a cuatro operarios suspendidos con cuerdas frente al icónico reloj.
Los encargados de la limpieza dedicarán una jornada a cada una de las cuatro caras del Big Ben, en lo alto de la Torre de Isabel, de 95,7 metros.
Cada una de esas caras está compuesta por 312 piezas de fino vidrio opalino de color blanco, ensambladas en un marco de hierro fundido.
El reloj de la torre de Elizabeth se limpió por última vez en 2010 y además de la limpieza de la suciedad que se ha acumulado desde entonces, realizarán un estudio fotográfico para comprobar si ha sufrido daños.
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