Portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo que Obama mantiene ´plena confianza´ en el Servicio Secreto y que el incidente ´no afecta a su seguridad´ en Colombia.
La "negligencia" de los agentes de seguridad del presidente Barack Obama ha robado atención al inicio de la VI Cumbre de las Américas en los medios de EE.UU., que apuntan a que éste sea el mayor escándalo de la historia del Servicio Secreto.
La supuesta relación con prostitutas de los agentes reemplazados poco antes de la llegada de Obama a Cartagena de Indias (Colombia) se convirtió este sábado en toda una distracción de los asuntos tratados en el foro regional.
A medida que los titulares aumentaban de tono, fuentes gubernamentales se apresuraron a aclarar que ninguno de los agentes se encargaba de la seguridad personal del presidente, sino que formaban parte de una delegación encargada de vigilar posibles amenazas antes de su llegada a la ciudad.
Sin embargo, al menos parte de los agentes sí pertenecían al Servicio Secreto, el cuerpo encargado de proteger al presidente estadounidense.
La revelación llevó hoy al portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, a subrayar que Obama mantiene "plena confianza" en el Servicio Secreto y que el incidente "no afecta a la seguridad" del mandatario en la localidad colombiana.
Pero será difícil que el incidente no deje una mancha en la imagen del Servicio Secreto, que ya investiga a los agentes acusados de "negligencia" a través de su fuerza interna, la Oficina de Responsabilidad Profesional.
"Este es el peor escándalo en la historia del Servicio Secreto", repetía hoy en varios medios el ex periodista del Washington Post Ronald Kessler, que fue el primero en informar sobre el incidente y es autor de un exitoso libro sobre la supuesta "cultura de relajamiento" en la agencia.
Según el último relato de fuentes oficiales, citadas por el Post, el incidente comenzó durante una noche de fiesta en el hotel Caribe el miércoles, cuando uno de los agentes mantuvo relaciones sexuales con una mujer colombiana. Se desconoce si el sospechoso sabía que ella era una prostituta, de acuerdo con el diario.
Cuando el agente se negó a pagarle, la mujer se enzarzó en una discusión con él y llamó a continuación a la policía colombiana, que avisó a su vez a la Embajada estadounidense en Bogotá con una alarma que llegó finalmente al Departamento de Estado y al Servicio Secreto.
Alarma en Departamento de Estado
Aunque la prostitución es legal en ciertas áreas de Colombia, recurrir a ella se considera una violación del protocolo de los agentes encargados de la seguridad del presidente.
Los agentes podrían haber sido sujetos a "chantajes" y expuestos a los negocios del crimen y la droga que están "conectados" con la prostitución, según señaló Kessler.
El escándalo se agravó la tarde del sábado, cuando el Comando Sur de EE.UU. informó de que cinco militares que se encontraban en el mismo hotel que los agentes de seguridad con el fin de apoyar su labor están siendo investigados a su vez por posible "conducta inapropiada", tras violar el toque de queda al que estaban sujetos.
El de Cartagena no es el primer desliz protagonizado por la fuerza encargada de la seguridad presidencial, marcada por incidentes como el del pasado noviembre, cuando uno de sus agentes fue acusado de asesinato en segundo grado tras disparar a un hombre en Hawaii.
Hasta ahora, el tropiezo más famoso del Servicio Secreto era el que les llevó a permitir que Tareq y Michaele Salahi se colaran sin invitación en una cena de Estado en la Casa Blanca, en noviembre de 2009.
EFE
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