El 30% de los pacientes con depresión en el país, son los más propensos a desarrollar alcoholismo y el riesgo es mayor si algún familiar ha padecido antes de una de estas dos enfermedades.
AUDIO COMPLETO de la entrevista. Para Humberto Castillo, director del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado – Hideyo Noguchi, la predisposición genética y las desagradables experiencias de la infancia, influyen de manera significativa en el comportamiento de un grupo de personas que abusan de las bebidas alcohólicas.
“La depresión puede llevar al consumo de alcohol, especialmente en aquellas que tienen angustias, y problemas emocionales buscan en el alcohol una forma de calmar ese malestar o ansiedad, y al encontrarlo, experimentan una breve calma, ignorando que esto distorsiona el sistema neuronal del placer y genera adicción”, explicó.
Castillo, señaló que la publicidad y la presión de amistades, constituyen otros factores que influyen a diario en las decisiones de las personas, en este caso se asocia el consumo del licor con situaciones de bienestar y genera la idea de que para liberarse, se requiere de esta bebida, de lo contrario una persona puede ser llamada anormal.
“Es posible divertirse y pasarla bien sin alcohol, es muy importante tener los mecanismos para controlarlo, saber que el licor progresivamente va ir afectando el sistema nervioso y la primera señal puede ser la inhibición, el primer trago desencadena el proceso adictivo”, recomendó en el programa Cuidando Tu Salud.
Redacción: Grecia Pimentel
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