Científicos estadounidenses hallaron más de dos docenas de receptores olfativos por los que detectan a sus víctimas humanas, lo que permitirá desarrollar nuevas trampas y repelentes.
Corren malos tiempos para los mosquitos de la malaria: científicos estadounidenses han hallado más de dos docenas de receptores olfativos por los que detectan a sus víctimas humanas, lo que permitirá desarrollar nuevas trampas y repelentes contra ellos.
Estos receptores, que sirven para identificar los componentes del sudor humano, brindan a los científicos la posibilidad de repeler, confundir o atraer a trampas a los mosquitos Anopheles gambiae, que cada año infectan a 500 millones de personas con un parásito que mata a un millón de personas.
Los investigadores de la Universidad de Yale publican los resultados de su estudio hoy en la versión digital de la revista científica Nature.
"El mundo necesita desesperadamente nuevos modos para controlar a estos mosquitos, que sean efectivos, baratos y respetuosos con el medio ambiente", señaló el autor principal del estudio, John Carlson, profesor de biología en Yale.
En su opinión, "algunos de estos receptores pueden ser medios excelentes para controlar el comportamiento de los mosquitos".
Aunque los científicos ya sabían que los mosquitos localizan a las personas por su sentido del olfato, se sabía muy poco sobre cómo detectan los distintos elementos químicos del olor humano.
Carlson explicó que su equipo ahora busca los componentes químicos que interactúan con esos receptores.
Los que bloquean los receptores pueden mermar la habilidad de los mosquitos para encontrarnos, y los que los excitan pueden atraer a los insectos a trampas o repelerlos.
Para su estudio, Carlson utilizó moscas de la fruta mutantes que carecían de receptores olfativos.
Los científicos activaron los genes de 72 receptores olfativos del mosquito en las células olfativas de las moscas, que luego fueron expuestas a una variedad de componentes de olores.
Las reacciones de las moscas ante cada olor fueron analizadas y se registraron respuestas particularmente fuertes de 27 receptores, la mayoría ante la presencia de componentes químicos hallados en el sudor humano.
En otro estudio publicado hoy en la última edición de Nature, científicos de la Walter and Eliza Hall Institute de Melbourne, en Australia, identifican una proteína clave, la Plasmepsina V, que es utilizada por el parásito de la malaria para infiltrarse en los glóbulos rojos y modificarlos, con el objetivo de asegurar su supervivencia y escapar al sistema inmunitario.
"Si podemos hallar drogas que bloqueen la Plasmepsina V, el parásito de la malaria se moriría", según el profesor Alan Cowman, uno de los autores del estudio.
La malaria o paludismo es una enfermedad parasitaria que se transmite por la picadura de la hembra del mosquito anopheles infectada, y que se da sobre todo en climas tropicales y subtropicales.
En algunas regiones los mosquitos han desarrollado una resistencia a los insecticidas, y los parásitos (del género Plasmodium) a los antibióticos.
EFE
Video recomendado
Comparte esta noticia