De acuerdo a los datos estadísticos del INEI, en el Perú, por lo menos tres de cada 10 niños, niñas o adolescentes entre 6 y 17 años está trabajando.
El principal impacto que genera el trabajo infantil es la deserción escolar y con ello las escasas posibilidades de progreso. ¿En qué momento los chicos que trabajan dejan las aulas?
“El 60% de niños trabajadores vive en el área rural y el 40% en la ciudad. Hay un grave atraso escolar. Los chicos que trabajan sufren atraso escolar en comparación con los chicos que no trabajan y se cansan más rápido, se desmotivan. No solo laboran en el campo sino también en sus casas”, dijo Gisell Silva, Asesora del Programa Proniño e investigadora en asuntos de infancia y familia.
Asimismo, Silva indicó que es necesario mirar a los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derecho y no compasivamente.
“El Estado tiene una gran responsabilidad, pero es trabajo de todos combatir el trabajo infantil. Es necesario que las familias se den cuenta que el trabajo infantil genera disminución del capital educativo en lo niños y a la larga no va a solucionar la pobreza, por lo contrario los va a condenar a bajos sueldos. El trabajo infantil compite con la educación”, agregó.
Además, Silva dijo que un niño que trabaja está expuesto a desigualdad de oportunidades educativas, lo cual afecta al país.
“No podemos decir que porque una familia es pobre, los chicos tienen que trabajar, debemos cambiar esta mentalidad. Es un problema que debemos enfrentar porque 14 millones de niños trabajan en América Latina”, acotó.
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