Presidente del Comité de Ética de la Academia Nacional de Medicina afirmó que una madre tiene el pleno derecho a reclamar a su hijo, así este sea un feto que no llegó a su completo desarrollo.
Patrick Wagner Grau, presidente del Comité de Ética de la Academia Nacional de Medicina, afirmó que una madre tiene el pleno derecho a reclamar a su hijo, así este sea un feto que no llegó a su completo desarrollo.
Lo dijo en referencia al caso de Farí de Quintana Morales, de 28 años, quien se embarazó de gemelas, muriendo una de ellas alrededor de las 13 a 14 semanas de gestación, pero que llevó en su vientre hasta que se le aplicó una cesárea para el nacimiento de la bebé que sobrevivió.
El caso se remonta al 29 de agosto de 2012 y desde esa fecha la joven reclama que el Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins, de EsSalud, le entregue el cuerpo de su hija para darle cristiana sepultura.
"Aunque haya pasado un tiempo largo si la madre desea que su bebé sea sepultado de manera adecuada como el ser humano que es, pienso que tenemos que aceptar y dar el consentimiento pleno", sostuvo el galeno en diálogo con Salud en RPP.
"Toda madre tiene el pleno derecho de conserva a su hijo en la forma adecuada. El hijo no es solamente el cuerpo sino lo que conlleva la relación de la madre con el niño, si el embrión no culminó el embarazo, queda esa fuerte huella impronta del hijo que ha sido fruto de la relación con la madre desde los primeros días del embarazo", aseveró.
El también ex decano del Colegio Médico del Perú explicó que un ser que ha sido gestado, aunque no haya sido concebido y aunque no llegue a la condición de persona, "indudablemente es un ser vivo humano" y "la única potencialidad que tiene es la de ser persona".
Afirmó que no se puede rebajar la calidad humana a la condición de "material de laboratorio o resto biológico", porque el feto no llegó a las 22 semanas de gestación ni a un peso mayor o igual a 500 gramos, como alega el hospital Rebagliati.
Finalmente, remarcó que desde el punto de vista ético el feto debe ser devuelto a la madre, puesto que ni siquiera se produjo un aborto sino que hubo muerte natural.
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