Viuda de Enrico de Pedis consiguió que el líder de la ´Magliana´ fuera enterrado en la Basílica de San Apollinarie en Roma.
Enrico de Pedis, más conocido como “Renatino”, fue acribillado hace 22 años en un ajuste de cuentas cerca de Campo di Fiori en Roma, siendo sepultado en Verano, el cementerio de la capital italiana.
Solo que “Renatino” no era un ciudadano cualquiera. El italiano fallecido en febrero de 1990 dirigía la banda de la Magliana, una sanguinaria organización criminal que en ese entonces mantenía en vilo a Roma. Por eso no es raro que mantuviera buenos contactos y contara con amigos poderosos.
En ese marco, su viuda, Carla Di Giovanni, consiguió que el cardenal Ugo Poletti le firmara una carta en la que el purpurado aseguraba que “De Pedis había sido un gran benefactor de los pobres”, cosa que no se alejaba de la realidad. Se calcula que “Renatino” destinó a la iglesia el equivalente a entre 260 mil y 310 mil euros en obras de caridad.
Con ese respaldo del cardenal Poletti y el pago de 20 mil euros, Di Giovanni consiguió que el cuerpo de “Renatino” fuera retirado del cementerio de Verano y enterrado en la iglesia de San Apollinarie, un lugar reservado para acoger la sepultura de cardenales, santos o mártires.
Y así es que De Pedis hoy en día descansa en la Basílica de San Apollinarie, actualmente tutelada por el Opus Dei, siendo su estadía motivo de fuertes críticas para el Vaticano. Sin embargo, la Santa Sede estaría remediando la situación en unas cuantas semanas no solo por los reproches de la comunidad, sino también porque “Renatino” habría estado involucrado en el secuestro de Emanuela Orlandi, hija de un empleado del Vaticano, en 1983.
Según informa el diario español El Mundo, si se cumple el calendario establecido por las autoridades eclesiásticas, los restos mortales de “Renatino” volverán al cementerio de Verano en un par de semanas.
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