Se considera que el trabajo infantil ha provocado en el mundo globalizado un verdadero impacto económico y social, lo cual representa un costo de importancia en la sociedad mundial.
Según estudios, del total de niños, niñas y adolescentes peruanos entre los 6 y 16 años de edad que trabaja, el 43.7% acumula en promedio 3 años de retraso escolar en comparación con los niños que no laboran; por lo tanto el trabajo infantil sí interfiere con la asistencia escolar y con la culminación oportuna de los estudios.
“Una persona que culmina la secundaria tiene 50% más ingreso que otro que no haya concluido. Las estadísticas refieren que el ingreso promedio de una persona con primaria completa es de 531 soles y el de quien culminó la secundaria 850 soles”, dijo Kathia Romero Cano, Especialista en trabajo infantil de la Dirección General de Derechos Fundamentales, Seguridad y Salud en el Trabajo del Ministerio de Trabajo.
De acuerdo con los estudios, la pobreza disminuye en 22% cuando una persona termina la secundaria:
“Los chicos que trabajan y estudian no tienen un buen desempeño y poco a poco van dejando el colegio. Si una persona culmina sus estudios percibirá en un futuro mejores remuneraciones. Es importante que los padres sepan eso y que los maestros presten atención a sus alumnos que trabajan, todos deben conocer las consecuencias del trabajo infantil”, agregó Romero Cano.
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