Nobel de Literatura compartió escenario con la actriz noruega Liv Ulmann. Escritor peruano también participó en concierto en honor a galardonados ofrecido por Real Orquesta Filarmónica de Estocolmo.
El Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, participó en la grabación de un popular programa de la televisión estatal sueca, llamado Skavlan, donde compartió plató con la actriz noruega Liv Ulmann, musa del director sueco Igmar Bergman.
El escritor y la actriz, que habían coincidido años atrás en el jurado del Festival Internacioanl de Cine de Berlín, recordaron aquella experiencia y recorrieron la biografía de este creador cuyos libros han sido traducidos a una treintena de lenguas.
De otro lado, el literato peruano asistió acompañado de su esposa, Patricia, y de sus hijos, Morgana, Álvaro y Gonzalo, al concierto en honor de los Nobel, que se celebró en el mismo escenario en el que el próximo viernes el rey Carlos Gustavo de Suecia entregará las distinciones.
También acudieron a esta cita con la música los japoneses Ei-ichi Negishi y Akira Suzuki, quienes comparten el Premio Nobel de Química 2010 con el investigador estadounidense Richard Heck.
Igualmente estuvieron presentes los ganadores del Nobel de Economía, los profesores estadounidenses Peter Diamond y Dale T. Mortensen y el chipriota-británico Christopher Pissarides, así como los distinguidos con el galardón de Física, los investigadores rusos Andre Geim y Konstantin Novoselov.
El único premiado que no participa en Estocolmo de los actos previos a la entrega de los galardones es el ganador del Nobel de Medicina, el británico Robert G. Edwards, de 85 años, quien tampoco recogerá el premio el próximo viernes por razones de salud, según informó el pasado día 3 la Fundación Nobel.
Todos los galardonados, acompañados de sus parejas, siguieron con atención desde el palco de honor del Concert Hall el concierto ofrecido por la Real Orquesta Filarmónica de Estocolmo, dirigida por Sakari Oramo, y por el violinista estadounidense Joshua Bell.
La sede de la Orquesta Real, inaugurada en 1926, puso una vez más de manifiesto la solemnidad de todos sus actos al programar obras de Beethoven, Tchaikovsky y Sibelius, a las que este singular violinista, que mañana cumple 43 años, imprimió su sello personal con los acordes de su violín valorado en 3,5 millones de dólares (casi tres millones euros).
EFE